Anteriormente, la prensa británica aseguró que Juncker convocó para el miércoles 26 una reunión de la Comisión para preparar una respuesta a la nueva tanda de las restricciones antirrusas que afectarían a las compañías europeas.
"Las sanciones que Estados Unidos prevé imponer (…) golpearían a las empresas europeas por eso la reacción de [Jean-Claude] Juncker es obvia", señaló Nóvikov.
El legislador que funge de vicepresidente del comité de la Cámara baja rusa para los asuntos internacionales constató que "la Unión Europea paga ya un alto costo por secundar la política exterior de Washington".
"EEUU, por lo general, no está dispuesto a escuchar a sus socios de Europa Occidental", apostilló.
El 22 de julio, las dos cámaras del Congreso estadounidense acordaron un proyecto de ley sobre nuevas sanciones a Rusia.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, declaró el domingo que el presidente Donald Trump apoya el proyecto "tal y como está ahora".
El texto se someterá a votación el martes 25 en la Cámara Baja y en el Senado antes de que lo firme el mandatario norteamericano.
La Unión Europea ya había calificado de unilateral la iniciativa de Washington al advertir sobre las consecuencias negativas de sus nuevas restricciones.
En recientes declaraciones el ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, le advirtió a Trump que "el suministro energético en Europa es un asunto europeo y no de EEUU".
A finales de abril, los cinco gigantes energéticos europeos ENGIE, OMV, Shell, Uniper y Wintershall firmaron sendos acuerdos con la compañía rusa Gazprom que impulsa el megaproyecto para financiar el 50% de la infraestructura evaluada en 9.500 millones de euros.
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El nuevo gasoducto constará de dos hilos para transportar un total de 55.000 millones de metros cúbicos de gas anuales.
La infraestructura fue concebida para diversificar las rutas del suministro del gas ruso a Europa y elevar la seguridad energética.