Los críticos a la iniciativa proceden de la industria petrolera, energética, banquera, aeroespacial y automovilística. Las corporaciones MasterCard, Visa y Citigroup, así como los consorcios Ford, Dow Chemical, Procter & Gamble, General Electric y Caterpillar sostienen que algunos aspectos de las nuevas restricciones bien podrían afectar a las mismas compañías. Sin embargo, la mayoría de los cambios que proponen dichas empresas es de carácter técnico y en su esencia no busca rechazar la enmienda en general.
De acuerdo con varios medios, la Unión Europea no ve necesario repetir las medidas restrictivas que ya fueron aplicadas contra el país eslavo por la reunificación con Crimea. Sin embargo, el problema parece radicar en que las compañías europeas no están dispuestas a poner en peligro la seguridad energética de sus países.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, y el canciller federal de Austria, Christian Kern, criticaron el 15 de junio en una declaración conjunta las nuevas sanciones que EEUU pretende imponer de forma unilateral al sector energético ruso.
¡El suministro energético es asunto de Europa y no de EEUU! Nosotros decidimos quién y cómo nos suministra energía, basándonos en los principios de apertura y competencia de la economía de mercado", resaltaron los políticos en la declaración conjunta.
Los firmantes de la declaración subrayaron que las sanciones políticas no deben mezclarse con los intereses económicos y expresaron sus deseos de que el Departamento de Estado de EEUU consiga modificar la normativa.
La versión modificada permitiría al presidente de EEUU imponer sanciones a personas y empresas que hacen una inversión, venden, alquilan o proporcionan a Rusia servicios, tecnología, información o apoyo para la construcción de tuberías rusas de exportación de hidrocarburos en proyectos cuyo valor sea equivalente o superior a un millón de dólares, o que en un período de 12 meses alcancen los cinco millones de dólares o más.
El mandatario estadounidense también tendría derecho a incluir en una lista negra a los extranjeros que invierten grandes sumas en proyectos de extracción de petróleo de Rusia, a menos que ello se contradiga con los intereses nacionales de EEUU.
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