Según el general estadounidense, los pilotos se escudaron en la necesidad de autodefensa tras atacar a las aeronaves sirias.
Corcoran aseguró que no se descarta la posibilidad del aumento de los ataques contra las fuerzas gubernamentales sirias. La última ofensiva tuvo lugar el 18 de junio a medida que Daesh —organización terrorista prohibida en Rusia y otros países— iba perdiendo posiciones en el país árabe. Además, puede que los aviones de Damasco y Moscú pronto empiecen a utilizar el mismo espacio aéreo que los cazas de la coalición, lo que posiblemente agravará la situación.
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El 18 de junio, un avión de la coalición internacional antiterrorista liderada por Estados Unidos derribó a un Su-22 de la Fuerza Aérea siria que, según afirma Washington, "estaba bombardeando las posiciones de la oposición armada".
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Las acciones de la coalición fueron criticadas por la Cancillería rusa y el Ministerio de Defensa de dicho país. Así, Defensa calificó el derribo del caza como una "agresión militar contra Siria". Damasco, por su parte, declaró que el Su-22 estaba bombardeando las posiciones de Daesh y acusó a Estados Unidos y sus aliados de coordinar los ataques con los insurgentes.