Los campos petroleros marinos a licitarse "son seis veces más grandes que los licitados en la primera convocatoria de la Ronda Uno (julio 2015) y alcanza un valor de 11.250 millones de dólares todo el conjunto de los bloques" que serán subastados, dijo Zepeda en una extensa entrevista.
Las petroleras extranjeras y privadas competirán por contratos con el Estado para la producción compartida de crudo y gas en yacimientos bajo el lecho marino de aguas someras, con tirantes de agua menores a 500 metros, cerca de las costas de los estados Veracruz, Tabasco y Campeche (sudeste), en una área de casi 9.000 kilómetros cuadrados (km2).
Zepeda adelantó que "la extensión promedio de los 15 bloques es de 594 km2 y la inversión estimada por cada bloque es de 750 millones de dólares, asumiendo éxito exploratorio".
En una industria global marcada por la incertidumbre tecnológica, "asumiendo el éxito exploratorio en esos bloques, esos campos alcanzarían una producción de 200.000 barriles diarios de crudo y de 84 millones de pies cúbicos diarios", estimó el titular del órgano regulador del Estado.
México, décimo productor mundial de crudo, ha visto decrecer año tras año su producción desde 2004, desde un pico de 3,4 millones de toneles diarios, a niveles actuales de 1,92 millones este año 2017.
Las autoridades energéticas esperan que esas nuevas inversiones, sumadas a casi 60.000 millones de dólares en contratos firmados en dos años, revierta por primera vez en 14 años la tendencia negativa en 2018 y repunte hasta alcanzar los 2,2 millones de barriles diarios en 2020.
Lecciones de la apertura energética
A dos años de a primera licitación petrolera, en una industria que fue monopolio de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) durante ocho décadas, "la gran lección para México es que debe ofrecer a los inversionistas bloques más grandes y en mayor número, porque el potencial energético está allí", en los reservorios de hidrocarburos fósiles, dijo Zepeda.
En la Ronda Cero, Pemex eligió en solitario poco más del 80% de las reservas probadas (con un 90% de éxito exploratorio y comercial) y un 22% de los estudios prospectivos más prometedores.
"El resto es la riqueza del Estado que la CNH somete a concursos de licitación y equivale a 112.833 millones de petróleo crudo equivalente que deben ser explorados y desarrollados", describió el titular del ente regulador.
En otras palabras, en las cuatro licitaciones previas de la Ronda Uno, entre julio de 2015 y diciembre de 2016, "solo salió a concurso el cinco por ciento de esos recursos", dijo Zepeda.
"Esto confirma que podemos ir mucho más rápido y aumentar la escala de inversión", observó.
Como resultado, han desembarcado en el país 49 empresas de 14 países y 25 nuevas petroleras mexicanas, que son principalmente las que están relacionadas a la contratación de campos terrestres maduros.
"De la Ronda Uno, los principales aprendizajes y mejoras en las licitaciones tienen que ver con la evolución global de la industria, no todo se ha aprendido e implementado", explicó Zepeda.
Las variables para competir y ganar una licitación son establecidas por el Gobierno, a través de la secretaría de Finanzas y no son atribución de la CNH.
Dos factores determinan al ganador de cada puja: la regalía que la petrolera ofrece pagar al Estado y el compromiso de inversión.
En una fórmula compleja de porcentajes, mecanismos de medición y desempate, cada oferta depositada y abierta alcanza un puntaje promedio ponderado.
En concursos públicos, que han sido transmitidos por Sputnik en streaming, el consorcio o empresa que obtenga el mayor puntaje gana la licitación a la vista de todo el mundo.
"El aprendizaje es que en las primeras licitaciones la ponderación del puntaje estaba muy cargada a la regalía ofrecida al Estado y el compromiso de inversión pesaba muy poco", reconoció Zepeda.
El estrepitoso fracaso del debut de México en la primera licitación de la Ronda Uno, en julio de 2015, cuando solo 15% de los contratos fueron licitados "todavía me causa pesadillas", bromeó.
Pero en la cuarta licitación de contratos en aguas profundas del Golfo de México, en diciembre del año pasado, el Gobierno otorgó mayor ponderación relativa al compromiso de inversión, antes que a la regalía ofrecida al Estado, explicó.
"Ese fue un gran movimiento en la dirección correcta, se trata de recibir mayor regalías, pero también una tajada de un mayor pastel", dijo.
"La inversión tuvo un mayor peso en la calificación de las propuestas, y ahora dejamos que la competencia se resuelva en la subasta, sin imponer una cantidad de pozos petroleros de manera predefinida", explicó.
El resultado fue que ocho de 10 campos exploratorios licitamos fueron asignados, un 80% de éxito.
Además, se encontró un socio para Pemex en el prometedor campo Trión, el primer contrato en el que la estatal Pemex comparta sus derechos adquiridos en la Ronda Cero con la australiana BHP Billiton, por otros 11.000 millones de dólares.
Zepeda explica el aprendizaje de pasar de un entorno estatista de los años 80 a uno que exige a Pemex competir en un campo abierto a la inversión extranjera y privada, en la industria más incierta en materia de exploración en el planeta.
En efecto, en la primera licitación en las aguas someras cercanas a la costa, el tamaño promedio de los bloques era de 100 km2, "una de las razones por la cuales apenas colocamos dos contratos", mientras para el próximo lunes "el promedio de los bloques es de casi 600 km2", apuntó optimista.
Mejor exploración y mayor tamaño
Otra decisión crucial para mejorar el entorno de competencia abierta fue que la CNH dio permisos en 2015 para que empresas privadas realizaran estudios adicionales de exploración sísmica, para conocer con precisión el lecho marino de las aguas territoriales de México.
"Por primera vez salieron a la luz esos estudios valiosos, meses antes de la licitación de aguas profundas, eso fue determinante para el éxito de la licitación", celebró.
El método para tomar las decisiones fue comparar a México, que licitó en toda la Ronda Uno alrededor de 30.000 km2, con EEUU, Brasil y Colombia.
Brasil, solo en su última ronda ofertó una extensión de 125.000 km2, cuatro veces más que México en dos años.
Colombia, país con menor extensión y menor potencial, ofreció en su última ronda 172.426 km2, "seis veces lo que ofrecimos en la Ronda Uno", comparó Zepeda.
Así, el próximo lunes, México será escenario de un duelo de gigantes.
Las rusas Lukoil y una filial de Rosneft en EEUU (LLC RN-Shelf South), competirán contra China National Offshore Oil, Chevron, ConocoPhillips, DEA Deutsche Erdoel, Ecopetrol de Colombia, ENI de Italia, Hunt Overseas, Inpex, Murphy, Noble, ONGC Videsh de India, Ophir, Pan American Energy, PC Carigali de Indonesia, Pemex, Repsol de España, Shell y Total de Francia.