La Secretaría de Hacienda presentó los valores mínimos y máximos para las variables de adjudicación de las primeras tres convocatorias de la Ronda 2, después del éxito de la Ronda 1 que le permitió a México firmar contratos por más de 70.000 millones de dólares entre julio de 2015 y diciembre de 2016.
Los campos petroleros están localizados en las aguas someras (menores a 500 metros de profundidad en aguas) cercanas a las costas del Golfo de México y campos terrestres en el sureste del país.
Las condiciones económicas de las licitaciones establecen que la selección de los ganadores "se realizará con base en una fórmula que considera dos variables: ingresos del Estado y compromiso de inversión adicional", dice la información enviada a las compañías petroleras concursantes, nacionales y extranjeras, y tanto públicas como privadas.
La primera variable relacionada con los ingresos del Estado indica que, para los contratos de producción compartida de hidrocarburos en las aguas someras del Golfo de México (primera convocatoria de Ronda 2), "la variable es el porcentaje de participación del Estado en la utilidad operativa".
Apertura en campos terrestres
En segundo lugar, en lo que se refiere a los contratos de licencia en campos terrestres (segunda y tercera convocatorias de Ronda 2), para decidir qué empresa será ganadora "la variable es la tasa de regalía adicional".
Para ese compromiso se contemplan como valores aceptables en la evaluación "la perforación de cero, uno o dos pozos adicionales a los establecidos en el programa mínimo de trabajo".
En caso de empate, los licitantes que sigan interesados en concursar tienen que ofrecer "un bono a la firma en caso de que se presente un empate en el resultado de la fórmula".
"Las condiciones económicas de los procesos de licitación, junto con los demás instrumentos contractuales e impositivos como el impuesto sobre la renta y la regalía básica, impulsarán el desarrollo óptimo de largo plazo de los proyectos", dijo la Secretaría de Hacienda.
Por su parte, el Estado mexicano se compromete a "garantizar la captura de la renta petrolera a través de la competencia en la licitación".
Ese mecanismo establece que "el Estado mexicano recibirá cualquier renta extraordinaria asociada a sorpresas positivas en los precios o el tamaño de los yacimientos", puntualiza la convocatoria.
Los máximos de utilidad operativa del Estado son de 75%, y para la regalía adicional oscilan entre 25 y 40%, dependiendo de los campos petroleros licitados.
Si México logra ese aumento en su producción en virtud de los casi 70.000 millones de dólares en contratos por unos 10 años firmados con las grandes petroleras desde 2015, será la primera vez en 14 años que suba la extracción de crudo del décimo productor mundial.
En 2004, la producción mexicana de petróleo alcanzó su pico histórico de 3,4 millones de barriles diarios, y desde entonces ha declinado año tras año, hasta el mínimo previsto en 2017, una caída de 75% desde el máximo histórico.