"EEUU no tiene que ver nada con las últimas acciones de Catar en las relaciones con sus vecinos", apuntó el académico Atef Abdel Jawad.
Además, Catar ha ayudado a organizar los rescates de ciudadanos europeos secuestrados por las agrupaciones armadas.
Jawad destacó que, durante su visita oficial, Donald Trump había puesto el foco en asuntos relacionados con el terrorismo y con el problema de Irán, en lugar de sobre las dificultades de las relaciones internas entre los países.
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De acuerdo con Anwar Ishki, director del Centro de Investigaciones sobre la Situación en Oriente Próximo, existen varios requisitos que debería cumplir Catar para reducir las tensiones. Dichos aspectos pasan por romper las relaciones con Teherán, dejar de 'atacar' a los países del golfo Pérsico y de financiar la cadena Al Jazeera.
"Catar tampoco debería proporcionar apoyo a los grupos terroristas en la región a ni a los hutíes en Yemen", profundizó Ishki.
El analista también sostuvo que la visita del mandatario estadounidense a Arabia Saudí no había cambiado la actitud hacia Catar. La Casa Blanca dejó claro que Doha debe seguir las instrucciones de Riad, añadió.
"Tal vez sea esta actitud del presidente estadounidense la que presiona a Catar para buscar otros aliados en la región y para fortalecer su influencia", concluyó Ishki.