Solo en México, siete periodistas murieron en lo que va del año en cumplimiento de su labor, que incomodó al crimen organizado, sobre todo al narcotráfico. En el decenio de 2006 a 2015, la Unesco, brazo de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura, contabilizó la muerte de 827 trabajadores de la prensa en todo el mundo. En Latinoamérica fueron 176 casos, un 21% del total.
"A veces cuando se asesina a un periodista en la ciudad A, B o C de varios países de esta región, es probablemente la única persona que estaba hablando de los temas relevantes para esa localidad. El primer mensaje es que se está callando la temática, la discusión. Y cuando la sociedad ve que hasta en crímenes contra personalidades públicas los niveles de impunidad son tan elevados ¿qué pasará con los restantes? Entonces el mensaje sobre la impunidad en general también es muy fuerte", consideró Canela.
Por esta razón, con la mirada puesta en la impunidad, la Unesco promueve el curso 'Marco jurídico internacional de la libertad de expresión, acceso a la información pública y protección de periodistas' para capacitar a operadores judiciales en Iberoamérica. De acuerdo con Canela, en tres años del curso participaron más de 5.000 trabajadores vinculados con la aplicación de las leyes, casi la mitad en su última edición, lo cual demuestra un interés creciente por parte de esos actores hacia la temática.
La idea es que la capacitación contribuya a dar celeridad a los procesos judiciales que involucran tareas de comunicación en la medida que permite a los jueces estar actualizados con directrices internacionales que pueden servir de parámetro para guiar decisiones a nivel local. "Todo incide en la celeridad", reforzó.
"La población latinoamericana está más en la calle en los últimos cuatro o cinco años, por lo que las fuerzas de seguridad no están sabiendo manejarlo", evaluó el representante de la Unesco en alusión a los enfrentamientos con la Policía en las manifestaciones. "En cualquier caso, la solución nunca es menos, sino más libertad de expresión", añadió.
Otro desafío de la región, según Canela, es la gran concentración de medios de comunicación a manos de pocos empresarios. "La Unesco recomienda la diversidad", remarcó. En ese sentido, el experto destacó la necesidad de ampliar el abanico de producción de contenidos, con una pluralidad de voces, desde el nivel comunitario, pasando por las esferas públicas, privadas y extranjeras, inclusive. "La generación de contenidos variados es buena para la democracia y también para la economía", agregó.
Países como Argentina, Ecuador, Uruguay y Venezuela han tratado de abordar la problemática con la aprobación de legislaciones que promueven una desconcentración de la propiedad de las empresas de comunicación mediante el fomento a la producción de contenidos independientes, públicos, estatales, comunitarios y alternativos.
Sin embargo, el asesor regional para el tema manifestó la preocupación de la Unesco respecto a "leyes que eligieron un camino de marco regulatorio que no está acorde a los estándares internacionales". "A veces hay una confusión entre estimular contenidos nacionales y estimular contenidos específicos. El secreto está en la creación de un órgano regulador autónomo", aclaró.
En cuanto a las nuevas tecnologías, el surgimiento de fenómenos y desafíos como las falsas noticias (fake news) o la 'posverdad', el brasileño hizo hincapié en que factores considerados novedosos no alteran los principios ya existentes.
"Una frase que me gusta es la que dice que 'los derechos que valen offline también valen online'. No podemos cambiar los principios cada vez que cambian las tecnologías. Los principios no cambian. Las nuevas agendas no pueden olvidar las viejas agendas, como los asesinatos de periodistas. La vida humana es central", abogó.
"Hoy son más de 20 países los que han aprobado leyes de ese tipo en la región. Más allá del desafío para implementarlas, es un gran avance", reflexionó.
Escucha la entrevista en el programa Telescopio, de Sputnik: