En caso de que el Ejército norcoreano desatara una ofensiva contra el Sur, Seúl y Washington suprimirían el fuego de las tropas norcoreanas con sistemas de defensa antimisiles y con su Fuerza Aérea.
Asimismo, se señala que el relieve del país —montañas altas y valles profundos— complicarían considerablemente el combate.
El trabajo más duro caería sobre los hombros de los militares surcoreanos: el Ejército del país cuenta con 650.000 efectivos y unos 3 millones de reservistas. Además, otros 30.000 militares estadounidenses están desplegados en la parte sur de la península. Esta agrupación podría ser reforzada con las unidades de la Infantería de Marina de la base norteamericana en la isla nipona de Okinawa.
Si el conflicto se alargara —que sería muy probable, desde el punto de vista de los expertos—, es posible que se usaran tropas adicionales de otras bases en el Pacífico, afirma el autor de la publicación.
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Con toda probabilidad, EEUU aniquilaría la flota entera de Corea del Norte. Y seguramente Washington usaría los misiles Tomahawk para cumplir con esta tarea.
Según consideran los expertos, la estrategia de los militares del país juche sería tomar el control sobre el mayor territorio posible antes de que EEUU logre transportar sus esfuerzos a la península.
Asimismo, uno de los posibles escenarios supone que el Ejército norcoreano no trataría de establecer su control sobre la capital surcoreana, Seúl. En su lugar, la aislaría, y entretanto, trataría de seguir con su ofensiva en el interior de la península.
En caso de que el Ejército de Corea del Norte decidiera entrar en Seúl, esto sería una pesadilla para EEUU ya que los militares estadounidenses nunca han combatido en una ciudad tan grande cuya urbanización minimiza la efectividad del uso de la aviación.
Además de causar numerosas muertes, el ataque contra Seúl resultaría en la huida de la población. Millones de personas se darían a la fuga hacia el sur, que por su parte, causaría el colapso del sistema de transporte en Corea del Sur. Puede que este colapso impida a los aliados transportar armas y soldados al frente.
Ante todo, Corea del Norte atacaría los aeródromos militares en el territorio bajo el control de Seúl, y es posible que lo haga con armas químicas. Sin embargo, en general los norcoreanos apenas conseguirían irrumpir en el funcionamiento de la aviación de los aliados dada la existencia de bases aéreas en Japón.
De todas maneras, es evidente que un conflicto armado en la península de Corea causaría numerosas víctimas tanto en los militares como en los civiles. Solo los primeros días de conflicto resultarían en la muerte de más personas que las que causó el conflicto sirio en varios años, consideran los expertos.