Washington sí que tiene ventajas ante Pyongyang, pero, en cualquier caso, una intervención armada llevaría aparejados riesgos colosales. Kelly resaltó seis razones por las que una posible ofensiva es una pésima idea.
1. Seúl está demasiado cerca y es vulnerable
Según Kelly, esta es una de las mayores limitaciones. Corea del Sur está deficientemente preparada para un ataque de represalia contra Pyongyang. El columnista añade que las capacidades de defensa de Seúl están lejos de ser equiparables a las de Israel en caso de ofensiva árabe.
2. EEUU puede perder a Seúl y Tokio como aliados si realiza un ataque no acordado
Corea del Sur y Japón se llevarían la peor parte de la respuesta norcoreana. En caso de que Seúl y Tokio se negasen a un golpe contra Pyongyang, Trump, teóricamente, podría seguir adelante con la ofensiva, pero perdería automáticamente a ambos países como aliados.
Kelly considera que, dada la situación actual, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, podría arriesgarse a apoyar la ofensiva contra Kim Jong-un, mientras que Corea del Sur, a causa de la parálisis política que atraviesa el país, sería incapaz de responder a una propuesta de esta naturaleza.
Además, los sondeos apuntan a que la izquierda surcoreana, que probablemente se posicionará en contra de un ataque contra Pyongyang, ganará las próximas elecciones de mayo.
3. Un ataque contra Pyongyang se prolongará en el tiempo
El analista de National Interest avisa de que una ofensiva contra Corea del Norte puede durar bastantes semanas.
Kelly hizo hincapié en que, con el paso del tiempo, este ataque se parecerá más a una guerra que a una acción militar limitada.
Durante varias décadas, Pyongyang ha estado construyendo 'fortificaciones' para cubrir sus activos militares. La mejora de las instalaciones hunde sus raíces en la durísima ofensiva aérea estadounidense de los años 50.
En caso contrario, Pyongyang podría utilizar las armas que quedasen intactas para llevar a cabo una contraofensiva contra Corea del Sur y Japón. Cuanto más tiempo dure la campaña contra Corea del Norte, más probable será un ataque de represalia. En dicho caso, una guerra total en la península de Corea sería inminente.
4. Se desconocen las 'líneas rojas' de Pyongyang
El Ejército Popular de Corea también diseñará sus propios planes militares, del mismo modo que los tiene el alto mando estadounidense.
Kelly cree que estos planes incluyen una respuesta con misiles, incluso nucleares, a un ataque contra Corea del Norte. El columnista basa su razonamiento en el hecho de que estas armas son el activo más valioso del Ejército norcoreano.
El autor de la publicación afirma que el líder norcoreano podría ordenar emplear a personas como escudos en los posibles blancos de los ataques. Kelly explica su suposición al recordar que "dos millones de ciudadanos norcoreanos murieron en la hambruna de los años 90".
6. Un ataque contra Pyongyang dañará las relaciones entre Washington y Pekín
Cualquier tipo de campaña de Estados Unidos contra el país norcoreano se enfrentará al rechazo frontal por parte de China. Además, es poco probable que Washington avise a Pekín sobre sus planes militares de antemano, agrega Kelly.
"China detesta a Corea de Norte, pero tiene miedo de que [Pyongyang] caiga y esto propicie una hegemonía aún mayor de Estados Unidos en Asia", indicó.
Todas estas posibles implicaciones no excluyen la posibilidad de que Washington decida atacar Pyongyang, arguye el columnista. Pero estas ideas disuasorias han funcionado hasta ahora y no hay ninguna razón por la que deban dejar de funcionar.