Según el jefe de la diplomacia de EEUU, durante este tiempo, el país ha proporcionado a los norcoreanos 1.350 millones de dólares en ayuda financiera, pero esto solo lo emplearon en desarrollar su potencial nuclear. "Está claro que necesitamos un enfoque diferente", destacó Tillerson.
Como consecuencia surge una pregunta interesante: ¿qué es lo que EEUU puede conseguir en este conflicto? Es obvio que Donald Trump no quiere repetir la sangrienta y prolongada Guerra de Corea. Por eso, debería tener un plan para una victoria rápida que desconocemos, pero podemos tratar de adivinar, escribe el analista político Dmitri Verjotúrov, que compartió con Sputnik su opinión acerca el caso.
Lo más probable para el país norteamericano, cree el experto, sería apostar por misiles hipersónicos y, en general, poner a prueba la última estrategia militar de Estados Unidos, el Prompt Global Strike, que hace posible un golpe en cualquier parte del mundo 60 minutos después de haber tomado la decisión correspondiente.
El tercer elemento de la estrategia será el desembarco de un contingente limitado de la infantería con miras a la captura rápida o eliminación de los líderes políticos y militares de Corea del Norte. Después, la guerra debe concluir.
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El único detalle fundamentalmente nuevo de esta estrategia será la utilización de misiles hipersónicos, ya que, en general, se tratará de un calco de la campaña militar en Irak del 2003, que se basará en el uso de la excelencia técnica y la desmoralización del Ejército de Corea del Norte con un golpe repentino.
Sin embargo, los norcoreanos no son Irak, destaca Verjotúrov. Su nivel de resistencia a la invasión estadounidense sin duda será mucho mayor. Además, Corea del Norte tiene con qué responder.
En primer lugar, la RPDC tiene un amplio e intrincado sistema de refugios subterráneos contra ataques aéreos, construido durante más de 60 años tras la Guerra de Corea. Todos ellos no podrán ser destruidos.
En segundo lugar, en caso de un asalto a las sedes y comunicaciones principales existen puntos alternativos. También hay planes preparados para una acción independiente en caso de guerra. En tercer lugar, la RPDC tendría la oportunidad de un golpe rápido preventivo o de respuesta con misiles de combustible sólido.
Todo esto genera dudas sobre si Estados Unidos será capaz de destruir inmediatamente y por completo el mando del país asiático con un golpe repentino. Y si una supresión del control no resulta eficaz, todos los demás puntos del plan estadounidense se enfrentarían a dificultades, mientras que el Ejército de Corea del Norte sería capaz de cambiar el rumbo del conflicto a su favor.
Como resultado, una victoria rápida y fácil sobre Corea del Norte no será posible y la guerra será larga y destructiva. Va a destruir la economía de Corea del Sur, socavar el poder de Japón y echar a perder todos los frutos de la política estadounidense en la región logrados después de la II Guerra Mundial. Por lo tanto, solo queda esperar que Estados Unidos invente un enfoque diferente en la situación actual, concluye el analista.