Algunos decretos reales de Salmán bin Abdulaziz, incluidos los nombramientos de sus otros hijos como ministro de Energía y embajador en EEUU, respectivamente, han abierto la caja de Pandora, según el rotativo.
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El rey saudí ha decidido restaurar todos los beneficios y ventajas que fueron cancelados en septiembre de 2016, cuando los precios del petróleo experimentaron una subida. Además, declaró que los militares que combaten en Yemen recibirán grandes cantidades de dinero en concepto de salario.
"Una lucha por el poder puede desencadenarse en el palacio real del rey Salmán, ya que la actual restructuración es un paso directo para aumentar la influencia de esta rama del árbol genealógico de Saúd", apunta Vestifinance.
Asimismo, el rey Salmán mostró su gran interés —con la ayuda de Mohámed bin Salmán— por el fortalecimiento de las relaciones con Washington. También nombró a su otro hijo, el príncipe Abdulaziz, como ministro de Petróleo del país. Este paso se considera una medida muy importante y permitirá reducir la carga general sobre el Ministerio de Energía y Recursos Minerales.
Este nombramiento, según el medio, puede también relegar a un segundo plano al heredero directo al trono de Arabia Saudí, el príncipe Muhammad bin Naif bin Abdulaziz Al Saud, quien mantiene estrechos contactos al nivel más alto con las autoridades estadounidenses y la Administración de Donald Trump.
"Los efectos directos de las cambios del rey Salmán son obvios. La posición del príncipe heredero saudí Muhammad bin Naif deberá ser afectada de manera grave", explica Vesti.
La creciente lucha interna por el poder, en la que Mohámed bin Salmán y sus aliados tienen una clara ventaja, no es una buena señal, según el medio. La estabilidad política en el campo de la seguridad será posible solo si existe una confrontación entre las fuerzas opositoras.
Para suprimir el desequilibrio político el Gobierno del rey Salmán tiene que abogar por mayores precios del petróleo y, por lo tanto, mayores ingresos. Sin embargo, esto podría causar un gran problema para las autoridades del país árabe.
Debido a que los precios aún permanecen en la zona de 50 dólares por barril, Riad recurrirá a todos los medios e influencia a nivel internacional con el fin de obtener el control del volátil mercado de petróleo.
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Aunque la situación financiera del Gobierno ha mejorado, en 2017 el reino sigue experimentando un déficit de entre 50.000 y 53.000 millones de dólares. Esta 'brecha' se verá parcialmente compensada por la emisión de bonos, pero una política fiscal estricta sigue siendo necesaria.
Oposición
"A pesar de que la oposición en Arabia Saudí guarda silencio, esto podría ser la calma antes de la tormenta", indica Vestifinance.
Así, los mercados petroleros no deben descartar estos eventos ya que el riesgo de un conflicto interno en Arabia Saudí o el aumento de disturbios en las calles desestabilizarán al líder de la OPEP.
Varios informes mediáticos muestran que ya han tenido lugar llamamientos a las protestas a nivel nacional además del despliegue de las fuerzas de seguridad en las calles centrales de Riad.
Teniendo en cuenta todos estos factores, prosigue el medio, las medidas emprendidas por el rey Salmán parecen bastante racionales debido a que la estabilidad es el principal objetivo para la familia real saudí. Asimismo, la desestabilización de Arabia Saudí será de inmediato aprovechada por Irán.
Así, un posible conflicto interno en la monarquía árabe no solo proporcionaría a Teherán una libertad completa en Irak, sino también amenazaría a Bahréin e incluso Kuwait.
"Los disturbios internos en Riad, junto con las elecciones presidenciales iraníes (19 de mayo) pueden resultar en una llama que será muy difícil de extinguir", concluye Vesti.