El estudio pone de relieve que las nuevas tecnologías se centran en los idiomas mayoritarios y en sus hablantes, y dejan de lado los minoritarios. La presencia de estos idiomas es residual o directamente inexistente, como es el caso del islandés, con apenas 350.000 hablantes y sin presencia en muchos 'smartphones'.
Las lenguas europeas afectadas son el vasco, el búlgaro, el catalán, el croata, el checo, el holandés, el estonio, el finlandés o finés, el gallego, el serbio, el esloveno y el eslovaco. Así hasta un total de 20. También se quedan fuera el quechua y otras lenguas latinoamericanas.
Como mínimo, 2.000 idiomas se extinguirán durante la próxima década, según los expertos, que indican además que "la brecha entre las lenguas mayoritarias y las minoritarias es cada vez mayor" en la era digital.
"La diversidad cultural, las tradiciones y las lenguas son unos de los tesoros más importantes de Europa y es nuestro deber conservar su herencia para las generaciones futuras. Para los idiomas minoritarios es fundamental mantenerse a flote para sobrevivir en la era digital. La única forma de asegurar el futuro de nuestra lengua es dotar a sus hablantes de las mismas oportunidades de las que gozan los usuarios de lenguas más grandes. Por eso, es para nosotros una oportunidad estar a la vanguardia de la tecnología".
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No todo está perdido
Tal y como indica el investigador y lingüista Georg Rehm en declaraciones a BBC Mundo, para que estos idiomas no terminen por desaparecer es importante "hacer inversiones estratégicas [en ellos], sobre todo en tecnologías multimedia, tales como máquinas de traducción".
Wikipedia tiene un programa para el rescate de dialectos y Google dispone del proyecto 'Idiomas en peligro de extinción', según recuerda BBC Mundo.