Según Kashin, es muy probable que el programa de portaviones chino se desarrolle en dos etapas. A principio, Pekín construirá tres portaviones, incluido el ya terminado Liaoning, a base del proyecto de portaviones soviético 1143.
Estos buques de guerra dispondrán de plantas de energía no nucleares y un trampolín para el despegue de aviones. Asimismo, apunta el experto, uno de ellos podría estar equipado con una catapulta de vapor.
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El primer portaviones chino de construcción nacional —Shandong CV-17, del proyecto 001A—, que fue botado en Dalián, entrará en servicio en 2020. Otro buque de guerra está siendo construido en Shanghái. Una vez terminado este, cada una de las tres flotas de China contará con un portaviones.
El experto indica que no son pocos los informes mediáticos que contienen una "evaluación peyorativa" de los portaviones chinos construidos a base de buques de guerra soviéticos. Según varios medios, son "técnicamente deficientes" e incapaces de portar un número suficiente de aviones de combate.
Sin embargo, a juicio de Kashin, estas estimaciones no son justas. Así, de acuerdo con el experto, "es importante entender para qué tipo de tareas están diseñados estos portaviones".
"A diferencia de los portaviones nucleares de EEUU, los portaviones soviéticos del proyecto 1143 no tenían como principal objetivo proyectar la fuerza en otras partes del mundo", indica.
El Almirante Kuznetsov participó en la operación militar de Rusia en Siria y demostró su capacidad de resolver todo tipo de problemas, destaca Kashin, aunque la proyección de fuerza en zonas lejanas nunca ha sido su objetivo principal, por lo cual no se adapta a esto.
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Los portaviones soviéticos fueron construidos para asegurar la posición dominante de la Armada de la URSS en los mares cercanos que tenían importancia estratégica para el país. Ellos garantizaron la protección de las regiones de patrulla de combate de los submarinos nucleares de misiles.
"Un portaviones soviético debía desplegarse en el mar de Barents, lo cual limitaba las capacidades del enemigo para operar allí, sobre todo para su aviación antibuque y las naves de superficie", explica Kashin.
De esta manera, los primeros tres portaviones chinos tendrán objetivos similares en el mar de la China Oriental, el mar del Sur de China y las zonas adyacentes del Océano Pacífico. Su despliegue permitirá involucrar a las fuerzas submarinas de la Armada china en la etapa temprana de un conflicto potencial.
Además, los portaviones ayudarán a rastrear los desplazamientos de los buques de superficie y utilizar con eficacia la aviación costera y los misiles balísticos antibuque durante las primeras horas de una guerra.
"La presencia de un portaviones en el mar del Sur de China complicará la aplicación de un ataque preventivo sobre los sumergibles nucleares que se encuentren allí", profundiza Kashin.
Si China "entra en conflicto con un país más pequeño y decidido", los portaviones darán a China una ventaja muy importante, apunta. Así, podrán asegurar el desembarco de tropas en Taiwán desde la costa oriental poco cubierta.
Además, con su ejemplo, el Almirante Kuznetsov ha demostrado que este tipo de buques se pueden utilizar para proteger los intereses de los ciudadanos chinos en regiones inestables de África y Oriente Próximo. También los portaviones serán capaces de proporcionar a la Armada de China cierta libertad de acción en el océano Índico y de dirigirse allí para defender las rutas de comunicación estratégicamente importantes para Pekín.
"De esta manera, los tres portaviones chinos construidos al 'estilo soviético' serán una adición útil a la Armada, sobre todo desde el punto de vista de las capacidades de esta en la parte occidental del Pacífico", concluye Kashin.