El ambicioso proyecto chino (cuyo nombre completo es Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda) consiste en realidad en cuatro rutas: tres de ellas conectan China con Europa y otra con Asia Central y el Sudeste Asiático, a través de los más diversos medios de transporte, sobre todo ferroviario y marítimo. La ruta atraviesa 60 países en tres continentes y busca facilitar mayores flujos internacionales de comercio y capital, tomando como eje la enorme producción industrial china. El proyecto involucra el 75% de las reservas energéticas del mundo, el 70% de la población del planeta y llegaría a generar el 55% del PIB mundial.
La parte marítima de la Ruta de la Seda atraviesa dos espacios de gran valor estratégico: el mar del Sur de China, en permanente disputa con Estados Unidos y sus aliados y donde China ha construido una decena de instalaciones militares en arrecifes que convirtió en islas, y el estrecho de Malaca, un largo pasillo entre Indonesia, Malasia y Singapur, que une nada menos que el océano Índico con el mar del Sur de China.
economics: China wants to relive its glory days by rebuilding the Silk Road https://t.co/IEb6mTIqym pic.twitter.com/2Vr4Bjt4gd
— Value's Vector (@pulpmarkets) 16 апреля 2017 г.
Aunque no se lo menciona con la frecuencia de otros puntos estratégicos, el estrecho de Malaca tiene 800 kilómetros de longitud, un ancho de entre 50 y 320 kilómetros pero apenas 2,8 kilómetros en su punto más angosto, el estrecho de Philips, en el estrecho de Singapur. Es la principal vía de abastecimiento de petróleo de dos de los principales consumidores mundiales, Japón y China. Más de 150 barcos pasan a diario por ese largo pasillo que tiene un valor estratégico similar al canal de Suez.
Sin embargo, la vía más compleja es la que atraviesa Kazajistán para luego internarse en Pakistán o Afganistán, luego seguir por Irán-Irak para continuar por Turquía hasta Europa. Dos de los brazos más importantes de la Ruta de la Seda pasan por Medio Oriente (el marítimo y el que atraviesa Turquía). Lo que permite comprende el desarrollo de algunos conflictos en los últimos años. En suma, que para llegar al centro de Europa las mercancías deberán sortear conflictos intensos, si es que llegan.
Hay aspectos de la Ruta de la Seda tanto o más importantes que el comercial. China espera invertir 1,4 billones de dólares en las obras de infraestructura en los distintos países, lo que según el economista Óscar Ugarteche, de la London Business School y la Universidad Nacional Autónoma de México "sirve para exportar el renminbi".
En opinión de Ugarteche, el objetivo de China es que el yuan, que ya es la sexta moneda más transada del mundo, consiga dar un salto adelante, ya que "se planea aumentar el comercio en 2,5 billones de dólares en yuanes durante los próximos 10 años, para subirlo al tercer lugar".
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Este es el camino elegido para la internacionalización de la moneda china. "Los mecanismos de exportación de yuanes serán el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) y el Nuevo Banco de Desarrollo conocido comúnmente como el banco de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)", señala Ugarteche.
La internacionalización del yuan es un paso imprescindible si China pretende competir con Estados Unidos en el terreno financiero. El gran salto adelante de la moneda del país asiático, luego de abrir su mercado financiero a extranjeros a comienzos de la década de 2000, fue la conexión de las bolsas de Shanghai y Shenzhen con la de Hong Kong, en 2014 y 2016.
China está perfectamente consciente de que su innegable superioridad económica no se traducirá en hegemonía global (y probablemente tampoco regional), mientras no consiga igualar la fuerza militar de Estados Unidos, superpotencia en decadencia que le está poniendo palos en la rueda en el único terreno en el que conserva neta superioridad. Por eso, Pekín está invirtiendo pesadamente en la ampliación y modernización de su flota de guerra, como forma de proteger el comercio de ultramar.
Quienes piensan que la economía funciona según leyes propias, deben recordar que la fuerza pura y dura del colonialismo fue la mayor palanca de acumulación de capital y de riquezas de la historia moderna. Pero en el período actual, sólo una porción de las naciones que han sufrido ese colonialismo parecen estar a la altura de los desafíos que se avecinan.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK