"Las fuerzas aislacionistas que llegan al poder en EEUU junto con el nuevo presidente Donald Trump propiciarán una disminución de los nexos con China (…) lo que, a su vez, hará vital para China la estrategia de la Ruta de la Seda", dijo Vavílov al intervenir en el foro 'Megaregión de la Gran Eurasia: modelos de cooperación y confrontación' que acoge Rostov del Don (sur de Rusia).
Este panorama, subrayó, intensificará el viraje del gigante asiático hacia Eurasia.
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China anunció en 2013 su iniciativa conocida también como "la Franja y la Ruta" para conectar a China con Asia Central, Medio Oriente y Europa por tierra y mar.
Según señaló Vavílov, pese a que Rusia no fue incluida en el trazado China puede plantear pronto una iniciativa que el país europeo debe estar listo para aceptar.
El experto indicó que hasta ahora la incertidumbre envuelve a los planes chinos para crear vías alternativas en el Cáucaso y el corredor ferroviario Bakú (Azerbaiyán)-Tiflis (Georgia) y Kars (Turquía) debido al conflicto de Nagorno Karabaj.
"Estas premisas generan nuevas perspectivas para levantar estructuras logísticas con capital chino en el sector ruso de las regiones del Caspio y el mar Negro, como una zona de estabilidad política para el tránsito en Eurasia", puntualizó.
El experto precisó que el deterioro progresivo de los lazos económicos con EEUU puede derivar en un aumento de la tensión en la zona de las vías marítimas tradicionales a través del Estrecho de Taiwán, el mar de China Meridional y el Índico.
"Un factor clave en la estabilidad del comercio exterior de China en este escenario sería la creación de corredores de transporte terrestre", remarcó.