"Decidimos desarrollar nuestras ideas globales", dijo en Belgrado el primer ministro griego Alexis Tsipras. Se trata no sólo de un ferrocarril de alta velocidad Belgrado-Tesalónica, sino también de la idea de unir las dos ciudades — Belgrado y Tesalónica — a través de los ríos. Se trata de actualizar una idea de hace más de 100 años.
En 2013, el entonces Ministro de Minas y Recursos Naturales de Serbia, y ahora embajador del país en China, Milán Bacevic, también habló del proyecto. A mediados de ese mismo año, la empresa China Gezhouba exploró el rio Gran Morava y preparó el informe correspondiente.
En noviembre del año pasado, el presidente de Serbia, Tomislav Nikolic, dijo que el canal sería una oportunidad histórica para la región que Serbia y Macedonia no tienen derecho a perder.
Al mismo tiempo, se señaló que China está dispuesta a encontrar un socio financiero para la construcción del canal, si se ponen de acuerdo Serbia, Macedonia y Grecia.
El profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad de Belgrado Miodrag Jovanovic, que en los años 80 fue uno de los coautores de la investigación sobre el potencial del río Morava, compartió con Sputnik que el canal Danubio-Morava-Vardar es un proyecto poco realista si se implementa solo por parte de Serbia.
Para la realización de este tipo de proyectos se necesita una economía fuerte, por ejemplo como la de China quien se lanzó la batalla por los mercados europeos. Por ejemplo, el 67% del mayor puerto griego, El Pireo, ya está en manos chinas. La inversión china en infraestructura de transporte del sur europeo jugará el papel de "ventana a Europa" para Beijing y Serbia.
De acuerdo con algunas estimaciones, China, como nuevo líder de la globalización económica, necesitaría entre 10.000 y 15.000 millones de dólares para construir el tan esperado canal. La misión no es imposible, la única pregunta es qué lista de prioridades tendrá China y en qué puesto se ubicará el proyecto allí.