"Podríamos suponer que ese es el intento de China de darle una nueva vida al proceso de globalización", declaró el experto durante una vídeoconferencia dedicada al tema que organiza Rossiya Segodnya.
No hay que olvidar —explicó— que los ingentes recursos dedicados al proyecto, tanto en inversiones como en transporte, deja entrever que no se trata de un simple plan.
"En la actualidad la iniciativa 'Un cinturón – una ruta' es una renovación del proceso de intercambio de mercancías, servicios, digamos, de capital", observó el experto.
Luzianin recordó que el presidente chino, Xi Jinping, durante su presentación en el Foro de Davos celebrado en enero pasado declaró la necesidad de que China, Rusia y otros países promoviesen juntos el desarrollo global.
"Y el proceso de imbricación de la Unión Económica Eurasiática y del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda, es una de las variantes locales de promoción de la cooperación, de la promoción del desarrollo global", reflexionó.
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Según Luzianin, este proyecto "no es solo un corredor infraestructural y de transporte, sino que en un mayor contexto es el desarrollo conjunto de los países implicados en el proyecto, el desarrollo conjunto tanto en el plano de los corredores de transporte, como en las inversiones y la cooperación humanitaria, bancaria y turística".
En 2013 China anunció la intención de iniciar el proyecto OBOR (siglas en inglés de Un Cinturón, Un Camino), que prevé la construcción de autopistas y vías férreas que se extenderán desde el centro de China hasta el puerto de Rotterdam en Holanda, cruzando por Asia Central y Rusia.
La Nueva Ruta de la Seda se complementará con una red de puertos y otros proyectos de infraestructura costera que conectarán a China con el sureste de Asia, el Golfo Pérsico, África y el norte del mar Mediterráneo, consigna la revista Comercio Exterior.
La Ruta de la Seda, ¿crucial para China tras la llegada de Trump a la Casa Blanca? https://t.co/nAFtrFw0ty pic.twitter.com/AWy66aNLbw
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 17 января 2017 г.
China prevé además conectar su nueva Ruta de la Seda con el plan saudí Visión 2030.
La iniciativa incluye la ruta ferroviaria más larga del mundo que une Yiwu, una ciudad industrial del este chino, con Madrid, y que se encuentra en fase experimental.