"La muerte del niño fue terrible, tremendamente lamentable y absolutamente incomprensible", dijo Vázquez antes de que comenzara el Consejo de Ministros, según publica el diario El Observador.
Más tarde fueron hallados los cuerpos sin vida de ambos a unos 100 kilómetros de Montevideo.
Luego se constató que Sierra mató al menor de un disparo y después se suicidó.
El padre biológico del niño, el exfutbolista Luis Romero, había sido un "padre ausente", según señaló la madre, Alexandra Pérez, a la prensa local, y Sierra se había convertido en una figura paterna para el menor, hasta tal punto que lo llamaba "papá" y se habían ido juntos unos días de vacaciones a Brasil.
Pérez permitió que el niño visitara al entrenador en su casa tras comprobar que no tenía antecedentes penales y después de que varias personas le dijeron que era "buena gente", informa el periódico La Diaria.
Sierra lo "absorbió como padre y él como hijo", señaló.
El niño jugaba al fútbol en el mismo equipo en el que entrenaba Sierra, el Club Defensor de Maldonado, ciudad situada al sudeste de Uruguay, y se conocían desde 2015.
Desde hace unos meses, la madre había notado un comportamiento extraño en el niño, por lo que decidió llevarlo a una psicóloga y esta le recomendó que el menor no volviera a ver a Sierra.
Fue entonces cuando la madre comunicó a Sierra que no podía volver a ver al niño y, tras esa conversación el entrenador se llevó a Romero de la escuela antes de que terminaran las clases asegurando que tenía una autorización de los padres.
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Después de que el fin de semana ambos fueran hallados muertos, la justicia señaló que los informes primarios realizados al menor reflejan "un probable abuso sexual" que se habría cometido anteriormente y no el día del asesinato ni el día anterior, informó el noticiero Telenoche.
Mientras, Vázquez pidió que se trabaje sobre el tema con respeto.
Este 24 de abril, la jueza que lleva el caso, Adriana Morosini, citará a declarar a los padres del menor, a los profesores y a la psicóloga que lo atendió.
