"La posibilidad de que personas sean atacadas con gases y bombas obliga a que, si vemos este tipo de ataques de nuevo, mantengamos abierta la posibilidad de una futura acción", dijo el funcionario a periodistas.
El bombardeo lanzado contra una base aérea del Gobierno de Siria la semana pasada va en la línea de la doctrina del presidente Donald Trump en materia de política exterior, que se rige por el lema "EEUU primero".
"Creo que la doctrina de Trump es algo que ha señalado en su campaña, y es 'EEUU primero'; vamos a asegurarnos de proteger nuestros intereses nacionales, de que nuestros intereses económicos y de seguridad nacional sean defendidos; no es que vamos a ser los policías del mundo", señaló el funcionario en rueda de prensa.
El ataque fue en represalia por el uso de sustancias tóxicas en la ciudad de Jan Sheijun, provincia de Idlib, incidente por el que Washington culpa a Damasco.
Según EEUU, aviones sirios salieron de la base de Shairat para bombardear Jan Sheijun el 4 de este mes.
El Gobierno de Siria niega toda implicación en el incidente que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) causó la muerte de 84 personas y dejó a otras 545 intoxicadas.
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Rusia condenó como agresión a un Estado soberano el ataque estadounidense a Shairat y suspendió la vigencia del memorando con EEUU sobre la seguridad de los vuelos en Siria.