Los misiles de Trump: su nueva estrategia de marketing
El presunto uso de armas químicas por parte del Ejército ha producido una avalancha de noticias dudosas en los medios internacionales, o que al menos siembran interrogantes.
Sobre todo las interpretaciones y conclusiones que se sacan. Porque no cabe duda de que si las imágenes de las víctimas son de verdad, se trata de una tragedia humana. Y así lo han reconocido abiertamente las autoridades rusas y expresaron sus condolencias.
También parece comprobado que la muerte de varias decenas de las víctimas se debió al contacto con sustancias químicas como el gas sarín.
Lo que no está claro ni demostrado es cómo se ha producido esta tragedia. Tampoco sabemos quién es el autor del supuesto ataque. Y aunque varias organizaciones internacionales se han apresurado a acusar a las tropas sirias de bombardear a la población civil con armas químicas, en realidad no hay pruebas que respalden esta versión.
Porque si realmente ha sido un ataque aéreo de las fuerzas sirias, tal y como dice la oposición, así como varias ONG’s internacionales, habrá pruebas. Como mínimo fragmentos de bombas o de misiles disparados desde los aviones.
Por el momento hay más preguntas que respuestas. Sin embargo esto no parece un obstáculo para la nueva administración de Washington que sabe de antemano quién es el culpable.