Según la especialista, si naciones como Grecia, Irlanda, España, Portugal o Italia "hubiesen podido devaluar su moneda, hubiesen solucionado más fácilmente sus problemas". La creación de la moneda común para ciertos analistas entra dentro de los problemas generados por fenómeno de "sobreintegración" en el bloque.
Respecto a los 60 años de historia del proyecto de integración europeo, Busso indicó que éste permitió "disminuir la conflictividad y escapar de la guerra", y logró "índices de crecimiento importantes" para los países con "un capitalismo bastante menos salvaje" y "con un perfil social más notorio" que otras experiencias alrededor del mundo.
Consecuentemente, "se debilitaron los pilares cooperativos, de solidaridad y de compromiso" en comparación con las etapas anteriores del proceso de integración regional. Los habitantes y Gobiernos de los Estados más azotados por la crisis manifiestan un descontento "con lo que está decidiendo" el bloque ante los "problemas serios" que enfrentan.
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No obstante, para que la viabilidad del proyecto europeo se mantenga, la analista consideró que los políticos de los países "deberían asumir un mayor compromiso para solucionar los problemas de sus sociedades nacionales, sobre todo problemas de desempleo y de calidad de empleo". Para eso, la UE "necesita reformular sus estructuras institucionales".