"Bulgaria es el país más pobre de la Unión Europea. Lo sigue de cerca Rumania, su vecino. Los dos países son miembros de la Unión Europea, pero no son parte de la zona euro ni de la Schengen que elimina las fronteras europeas", aseveró el periodista argentino desde Bulgaria.
El otro, el Partido Socialista Búlgaro (BSP), heredero del antiguo Partido Comunista, lo lidera Kornelia Ninova. Ella podría ser la nueva primera ministra.
En Voces del Mundo se invitó además al periodista español y corresponsal del diario La Vanguardia en París, Rafael Poch Feliú, a analizar los próximos comicios de abril y mayo en Francia. Para el especialista, gane y quién gane estas elecciones marcarán un hito en la historia política francesa ya que significará el fin del tradicional bipartidismo.
"Los candidatos de los dos partidos que se han disputado el escenario político y repartido el poder en los últimos 30 años en Francia –socialistas y conservadores– no van a estar en la segunda vuelta electoral de mayo.
"Todo indica que el próximo presidente de Francia no va a ser ni un socialista, ni un conservador", aseguró Poch.
Según las encuestas el 26 de abril ganarían la ultraderechista Marine Le Pen y el tecnócrata Emmanuel Macron.
Poch consideró improbable el triunfo de Le Pen porque "a pesar de tener una creciente intención de voto, hay un 58% de los franceses que considera a su partido, el Frente Nacional, incompatible con la democracia y la república de Francia y por tanto nunca lo votarían".
"Si todo va como parece, hay una victoria de Macron contra Le Pen, de un 60% contra 40%", afirmó. Poch subrayó que el joven tecnócrata es el preferido de la banca, los sectores de poder europeos y lo grandes conglomerados mediáticos.
¿Cuál es el principal problema de los franceses hoy?, preguntó Voces del Mundo. "Europa", respondió Poch sin dudar. "La política, las instituciones y los tratados europeos, o sea, todo el marco en el que se decide el grueso de la política francesa, trasciende a la soberanía del país. Está en manos de instituciones no electas, en manos de un banco central que decide la economía, de una OTAN que dispone en materia de seguridad, de toda una serie de normas jurídicas europeas que, siendo legales, no son legítimas estrictamente hablando, porque no tienen detrás un parlamento que las ha elaborado, sino que es el fruto del trabajo de tecnócratas. Este choque entre las normas vigentes, que durante 30 años han ido deteriorando la vida de los franceses a base de los recortes y austeridad no se deciden en Francia, es decir, hay una incompatibilidad directa entre la soberanía de Francia y la realidad. Entre otras cosas, esto es lo que le da alas al Frente Nacional y marine Le Pen sabe jugar muy bien esta carta".