Lula pronunció un rápido discurso al final de la manifestación contra la reforma del sistema de pensiones en São Paulo, a la que acudieron decenas de miles de personas, como en decenas de otras ciudades del país.
"[La reforma] hará que millones y millones de brasileños no consigan jubilarse, hará que los trabajadores más pobres, sobre todo los rurales en la región noreste, pasen a recibir la mitad de un salario mínimo", criticó el líder izquierdista.
Los críticos con la reforma la consideran un ataque a los derechos de los trabajadores, mientras que el presidente la justifica para garantizar la viabilidad del sistema y para evitar cortes más drásticos en el futuro.
Lula, por su parte, remarcó que el problema de Brasil no es el "dinero" y aunque admitió que el sistema de pensiones tiene problemas, afirmó que la recuperación no pasa por la reforma, sino por reactivar el crecimiento de la economía incentivando los créditos y la financiación.
En este sentido ironizó diciendo que Temer debería ser presidente de una empresa para vender lo que es suyo y no vender el patrimonio brasileño, recordando también el carácter "ilegítimo" de su mandato, algo que en su opinión tiene mucho que ver con las dificultades que atraviesa la economía.
"Tenemos un presidente que no tiene valentía ni para ir a Bolivia o Uruguay, porque ningún presidente quiere recibirle. Este pueblo sólo parará [de protestar] cuando haya un Gobierno elegido democráticamente", proclamó en referencia al polémico proceso de "impeachment" que llevó a Temer al poder apartando a Dilma Rousseff.
Lula, que este mismo martes declaraba ante un juez por la causa que tiene abierta por presunta obstrucción a las investigaciones de la Operación Lava Jato, aparece como favorito en todas las encuestas para volver a la presidencia y se espera que el PT formalice en breve su candidatura.