"Al tomar en consideración la tensión que existe actualmente entre Turquía y algunos países de la UE, Francia llama a aliviarla y pide a las autoridades turcas que eviten los excesos y las provocaciones", dijo.
La crisis diplomática entre Turquía y Países Bajos se desencadenó el 11 de marzo después de que el Gobierno holandés revocara el permiso para el aterrizaje del avión del ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, alegando que su visita amenazaba la seguridad y el orden público.
Las autoridades neerlandesas también interceptaron un vehículo que transportaba a la ministra de la Familia, Fatma Betul Kaya, y la obligaron a abandonar Países Bajos con rumbo a Alemania, bajo escolta policial, tras haber esperado durante una hora el permiso para entrar en el consulado turco en Róterdam.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 12 de marzo de 2017
Tanto Cavusoglu como Kaya pretendían reunirse con representantes de la numerosa comunidad turca de Países Bajos, muchos de los cuales tienen doble nacionalidad, para recabar su apoyo a las enmiendas constitucionales que se someterán al referéndum en Turquía el 16 de abril.
Por su parte, el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, tachó de "loca" y "fuera de lugar" la declaración del mandatario turco.
El Gobierno holandés, según él, había explicado que considera indeseable la reunión de Kaya con representantes de la comunidad turca de Róterdam, pero la funcionaria obvió el consejo, por lo que las autoridades tuvieron que "trazar una línea".