"Si ustedes sacrifican las relaciones con Turquía en aras de las elecciones del (próximo miércoles), tendrán que pagar un precio", dijo Erdogan, citado por el diario Hurriyet Daily News, durante un acto público en Estambul.
Lo ocurrido en Róterdam es para Erdogan "el producto de un trauma completamente islamófobo" y "el reflejo del racismo y el fascismo que están en alza" en Europa.
Erdogan llamó a sus hermanos y hermanas en Europa a levantarse. "Sus acciones golpearán sobre ellos mismos como un bumerán", dijo.
La crisis diplomática entre Turquía y Países Bajos se desencadenó el 11 de marzo después de que el Gobierno holandés revocara el permiso para el aterrizaje del avión del ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, alegando que su visita amenazaba la seguridad y el orden público.
Las autoridades neerlandesas también interceptaron un vehículo que transportaba a la ministra de la Familia, Fatma Betul Kaya, y la obligaron a abandonar Países Bajos con rumbo a Alemania, bajo escolta policial, tras haber esperado durante una hora el permiso para entrar en el consulado turco en Róterdam.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó al Gobierno neerlandés de actuar con "remanentes nazis y fascistas".
Por su parte, el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, tachó de "loca" y "fuera de lugar" la declaración del mandatario turco.
El Gobierno holandés, según él, había explicado que considera indeseable la reunión de Kaya con representantes de la comunidad turca de Róterdam, pero la funcionaria obvió el consejo, por lo que las autoridades tuvieron que "trazar una línea".