"Estas acciones de los Países Bajos suponen una burda violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, tal comportamiento está fuera de la ética diplomática", dijo.
El portavoz calificó de polémica y preconcebida la decisión de denegar a varios cargos públicos de Turquía la posibilidad de reunirse libremente con la diáspora turca en los Países Bajos, así como usar la fuerza contra ellos.
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La crisis diplomática entre Turquía y Países Bajos se desencadenó el 11 de marzo después de que el Gobierno holandés revocara el permiso para el aterrizaje del avión del ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, alegando que su visita amenazaba la seguridad y el orden público.
Las autoridades neerlandesas también interceptaron un vehículo que transportaba a la ministra de la Familia, Fatma Betul Kaya, y la obligaron a abandonar Países Bajos con rumbo a Alemania, bajo escolta policial, tras haber esperado durante una hora el permiso para entrar en el consulado turco en Róterdam.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó al Gobierno neerlandés de actuar con "remanentes nazis y fascistas".
Por su parte, el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, tachó de "loca" y "fuera de lugar" la declaración del mandatario turco.
El Gobierno holandés, según él, había explicado que considera indeseable la reunión de Kaya con representantes de la comunidad turca de Róterdam, pero la funcionaria obvió el consejo, por lo que las autoridades tuvieron que "trazar una línea".