La desenfrenada e histérica campaña rusofóbica desatada por los demócratas en Estados Unidos, usando acusaciones inventadas y simplemente ridículas sin ningún sustento, además presentando a Vladímir Putin como un maquiavélico 'Master del Universo' que hace y deshace Gobiernos, está demostrando la desesperación de la llamada oposición 'izquierdista' frente al avance de Donald Trump, quien destaparía los gigantescos turbios negocios de los demócratas con los rusos, entre ellos la venta de uranio norteamericano.
¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
(Lucas, 6, 41-42)
Desde cuándo Rusia es enemigo de Estados Unidos? Hace 16 años en junio del 2001, durante una reunión en Eslovenia entre el presidente George W. Bush y su homólogo Vladímir Putin, el presidente norteamericano dijo "miré al hombre a los ojos, lo encontré muy directo y digno de confianza y me hice cierta idea de su alma". Diez años después, en 2011 algo pasó con el alma de Putin en la percepción del vicepresidente norteamericano Joe Biden, según el semanario The New Yorker (21-07, 2014). Declaró este líder del Partido Demócrata que al observar los ojos de Putin le había dicho "Le estoy mirando a los ojos y creo que usted no tiene alma", a lo que Putin le había contestado "nos entendemos".
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Este juego de los demócratas con los rusos no es nada nuevo. London Times informó el 2 de febrero de 1992 que el senador demócrata Edward 'Ted' Kennedy buscó en los años 1980 contactos con el Gobierno de la Unión Soviética, e inclusive con la KGB, para no permitir la reelección de Ronald Reagan en 1984 y así parar su "política militarista". Según Paul Kengor, el autor del libro 'The Crusader: Ronald Reagan and the Fall of Communism' (2006), el emisario de Ted Kennedy, John Tunney, hizo 15 viajes a la URSS y que "Ted Kennedy creía honestamente que era lo mejor para los intereses de EEUU porque pensaba que Reagan era peligroso".
La quinta parte del uranio que extrae el país en forma de una 'torta amarilla', que es una mezcla impura, está ubicado en el estado de Wyoming en un rancho de 35.000 acres que hasta 2009 era propiedad de la corporación canadiense Uranium One, uno de los más grandes productores de uranio en el mundo. En el 2009, la Corporación Estatal de la Energía Nuclear de Rusia, Rosatom, empezó a asumir gradualmente el control de Uranium One en Estados Unidos a través de sus subsidiarias indirectas Uranium One Holding N.V. y JSC 'UI Group', logrando el acuerdo final en 2013 que también otorgó a Rusia el 100% de las acciones de Uranium One en Kazajistán.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 30 октября 2016 г.
El 22 de enero de 2013, el medio ruso Pravda publicó el artículo 'La energía nuclear rusa conquista el mundo'. Posteriormente, The New York Times lanzó un artículo de Jo Becker y Mike McIntire sobre el negocio de uranio que benefició a la Fundación Clinton ('Cash flowed to Clinton Foundation amid Russian Uranium Deal', el 23 de abril de 2015). Según el artículo de NYT, Rusia se convirtió en el dominante proveedor de uranio para EEUU y está controlando la quinta parte de la capacidad productiva norteamericana de uranio. Estados Unidos está consumiendo 40 millones de libras de uranio, 20 millones de los cuales provienen de Rusia.
En relación a Uranium One Inc., adquirida por Rosatom por 2.800 millones de dólares para tener el control del 51% de las acciones de la compañía en EEUU, ya surgieron varias preguntas en las que está involucrada Hillary Clinton, quien como secretaria de Estado autorizó la venta de Uranium One a Rosatom. El periodista Peter Schweizer sugiere en su libro 'La historia no contada de cómo y por qué los Gobiernos extranjeros ayudaron a Bill y Hillary a enriquecerse' ('Clinton Cash: The Untold Story of How and Why Foreign Governments and Businesses helped make Bill and Hillary Rich'). En este libro indica que la familia Clinton y Rusia se habrían beneficiado por esta transacción del tipo 'pay-for play' (pagar-por jugar). De acuerdo con Schweizer, la transferencia de las reservas norteamericanas de uranio, considerado como un mineral vital para la seguridad nacional, fue realizada a cambio de 145 millones de dólares en donaciones a la Fundación Clinton. Y lo curioso fue que el Comité de Inversiones Extranjeras en EEUU (CFIUS, por sus siglas en inglés) —una entidad vigilante de los tratados que pueden perjudicar a la seguridad del país— aprobó el negocio de uranio con Rosatom.
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También en junio 2010, el mismo mes cuando Rosatom obtuvo el control del 51% de Uranium One, Bill Clinton fue invitado por el banco de inversiones ruso Renaissance Capital a Moscú donde recibió 500.000 dólares por su discurso. Parece que todo ha quedado en familia pues siete de los ejecutivos de Uranium One hicieron respetables donaciones a la Fundación Clinton. Con este negocio, Rusia se convirtió en el primer productor de uranio en el mundo. El autor del libro, 'La guerra más fría: Cómo el comercio mundial de energía se escapa de la comprensión de América' ('The Colder War: How the Global Energy Trade slipped from America' Grasp'), Marin Katusa, llamó a este fenómeno como la "putinización del uranio". La dependencia de EEUU del uranio ruso alcanzó el 50% y la de la Unión Europea es alrededor del 58%.
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Lo único que les queda para asegurar su supervivencia, no a base de sus dólares que están imprimiendo sin límites, sino a base de un diálogo con Rusia y por supuesto con China. Si tomamos en cuenta la descripción del alma norteamericana hecha por el poeta británico D. H. Lawrence (1885-1930): "El alma americana es dura, aislada, estoica y es un asesino. Nunca se ha derretido", va ser un proceso difícil para los estadounidenses, pero finalmente lo que manda no es la política, sino la economía que hace derretir hasta a las almas más duras.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK