Según el director general, el CMI se convirtió en el primer centro de certificación internacional de Rusia. Gracias al trabajo del organismo, los clientes extranjeros no solo obtienen uranio de alta calidad, sino también un conjunto de servicios de mantenimiento para contenedores: desde el lavado hasta el control no destructivo.
En agosto de 2016, el CMI certificó el primer lote de contenedores importados en los que la fábrica envía el uranio enriquecido a los clientes en el extranjero.
"En ese proyecto invertimos cerca de 80 millones de rublos —1,26 millones de dólares—. Durante dos o tres años, el dinero volverá. Hacemos presentaciones para nuestros clientes potenciales: suministramos uranio a 29 países", detalló el director del CFEU.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 20 de julio de 2016
Beloúsov lamentó que el mercado de los materiales nucleares estuviera muy politizado. Sin embargo, las sanciones de Occidente contra Rusia no cubren este sector. Además, la empresa tiene mucha experiencia en este ámbito jurídico.
"Entrar allí [en los mercados extranjeros] es muy complicado, pero conocemos las reglas del juego y encontramos oportunidades para abrirnos un hueco".
"Todas nuestras centrales de energía nuclear forman parte de la estructura de Rosatom, que está bajo el ojo vigilante del Estado. Mientras que en EEUU, una serie de centrales nucleares son privadas. Y allí, los propietarios privados son libres de aceptar cualquier propuesta comercial. No obstante, el regulador en EEUU también es estatal", explicó Beloúsov.
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