"No olés a viejo Europa. Olés a doble humanidad, la que asesina y la que es asesinada". (Juan Gelman, 1930-2014, poeta argentino)
Los altos cargos de la Alianza Atlántica se han tranquilizado después de que los representantes de EEUU aseveraran que la organización sigue siendo "fundamental" para Norteamérica y "no es obsoleta", tal y como la describió en enero pasado el presidente estadounidense, Donald Trump.
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El nuevo secretario de Defensa del Gobierno de Trump, el general James Mattis, recalcó posteriormente en la sede de la OTAN en Bruselas que la Alianza ha crecido después de la desintegración de la URSS, incorporando a todos los países del desaparecido Pacto de Varsovia (1955-1991), y también a Estonia, Letonia y Lituania —tres repúblicas que pertenecían a la extinta Unión Soviética—. Durante su viaje a Europa, el general Mattis también confirmó que EEUU seguirá su política hacia Rusia desde una posición de fuerza. Dio a entender que, en realidad, nada ha cambiado en la relación de Washington con Moscú con la llegada de Trump a la Casa Blanca y que el legado de Barack Obama de una nueva Guerra Fría sigue latente.
Actualmente, los marines norteamericanos están en la base aérea de Vaernes, en Noruega. Finlandia, que desde el final de la Segunda Guerra Mundial estaba aplicando una política exterior neutral, también fue contagiada por la histeria antirrusa, creada originalmente en Estados Unidos, y aceptó la presencia de aviones norteamericanos F-15 en su base de Kuopio. El ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Witold Waszczykowski, anunció hace poco que unos 10.000 soldados de la OTAN, en su mayoría de EEUU, van a estar desplegados en Polonia para no permitir una "agresión rusa". A la vez, un batallón canadiense estará desplegado en Letonia, el otro batallón del Reino Unido estará en Estonia y las tropas alemanas se posicionarán en Lituania, en su frontera terrestre con Rusia. Esto por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Tema: OTAN incrementa su presencia en Europa
¿Estará preparándose realmente la OTAN para otras guerras y a qué está aspirando Occidente en el futuro? Son preguntas difíciles de contestar. Hay solamente un país de los 28 miembros de la Alianza que decide todo y el resto, que simplemente cumple sus órdenes. Este país es Estados Unidos. Como bien lo explicó en Bruselas el general Mattis, el único mando de la OTAN con cuartel general en EEUU es el Comandante Supremo Aliado de Transformación (SACT), que es responsable del Comité Militar. Este organismo es la máxima autoridad militar de la Alianza, la que toma todas las decisiones finales.
Hace tres años, los periodistas preguntaron al ex alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea (UE), Javier Solana (1999-2009), sobre proyectos de la UE de cara al futuro, a lo que Solana contestó tajantemente: "Occidente no sabe qué mundo quiere para las próximas décadas". En realidad, la visión del presente y del futuro de la dirigencia actual de Bruselas depende simple y llanamente de los proyectos de Washington para las próximas décadas y, en este contexto, el 'Libro Blanco' del Departamento de Defensa de EEUU es un documento guía para La OTAN.
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Ahora, en términos militares, la potencia principal europea de la OTAN es Alemania. Sin embargo, al revisar los últimos datos de The Military Balance, publicado por The International Institute of Strategic Studies (IISS), nos encontramos con la sorpresa de que Alemania dejó de producir tanques desde los años 90, y el carro de combate más nuevo tiene 26 años. En total, el país dispone de 306 tanques y todos son anticuados. De acuerdo al Departamento de Defensa de Alemania, sus Fuerzas Aéreas tienen 93 bombarderos Renavia Tornado adquiridos en los años 70, de los cuales solo 29 están listos para el combate. Su artillería y su defensa aérea también están en una situación lamentable. Las Fuerzas Aéreas alemanas también fueron recortadas de 100.000 efectivos en 1990 a 28.000 en 2017.
Todos estos datos indican que a la OTAN le tomará más de una década prepararse para una guerra y que necesitará enormes recursos financieros, que no posee ninguno de sus miembros, incluyendo Norteamérica. También hay que tomar en cuenta que, en este tiempo de información virtual, es muy difícil engañar a la opinión pública, que cada día desconfía más de la retórica antirrusa, cuyas consignas vienen de los medios de comunicación globalizados estadounidenses y después repetidos por sus colegas europeos.
Tal es la situación que hasta en EEUU, según la encuestadora Gallup, la confianza de los norteamericanos en los medios de comunicación bajó del 72% en 1976 al 32% en 2016. En la misma Europa se están produciendo cambios que nadie esperaba. El reciente sondeo realizado por el grupo WW/Gallup International reveló que los habitantes de Grecia, Turquía, Bulgaria y Eslovenia, en caso de un posible conflicto, preferirían ver a Rusia como un país protector.
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Entonces, la posible guerra contra la 'agresión rusa', que tanto se discute en la OTAN, es pura retórica ideológica de los globalizadores, que tienen miedo a la disolución de la alianza y, con ello, el fin de la hegemonía norteamericana en Europa.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK