"El THAAD podría proporcionar una protección limitada contra un ataque de misiles balísticos. Pero el sistema puede ser neutralizado si Corea del Norte lanza un aluvión de misiles. Pyongyang también podría utilizar las capacidades de misiles balísticos submarinos que actualmente se están desarrollando para moverse fuera del radar THAAD y lanzar un ataque de proyectiles balísticos desde el mar. Así que el THAAD tiene algunas limitaciones serias para garantizar la protección a Corea del Sur", explica.
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La analista duda que el despliegue del THAAD sea un paso inteligente, tanto para Washington como para Seúl, ya que esta medida podría complicar aún más las tensas relaciones entre los dos aliados y China.
"Y seguro que no va a solucionar el problema nuclear y de misiles de Corea del Norte", añadió.
El 6 de marzo, los norcoreanos lanzaron cuatro misiles balísticos, supuestamente de tipo nuevo, de los que tres cayeron en la zona económica exclusiva de Japón. Según el Ministerio de Defensa nipón, los proyectiles alcanzaron un área del mar de Japón situada a entre 300 y 350 kilómetros al oeste de la península de Oga, prefectura de Akita, sin causar daños materiales.
"El momento de celebración de estas pruebas no es ninguna sorpresa. EEUU y Corea del Sur están actualmente involucrados en unos ejercicios militares conjuntos y Corea del Norte siempre lo percibe como una provocación", observa Davenport.
"Creo que veremos mucha crítica y discusión sobre si hace falta imponer sanciones adicionales contra Corea del Norte para continuar intentando detener nuevos desarrollos del programa de misiles de este país".
Davenport también sugiere que la Administración Trump reevalúe su política hacia Corea del Norte y "realmente revise su enfoque".