"El retorno de este proyecto responde a los intereses de Hungría (…) Los países balcánicos y de Europa Central estamos interesados en este proyecto", dijo a Sputnik el ministro húngaro de Exteriores, Peter Szijjarto.
El diplomático sugirió esperar hasta después de las elecciones parlamentarias anticipadas en Bulgaria fijadas para el 26 de marzo para retomar este tema.
El canciller húngaro cuestionó también a la Comisión Europea por su doble rasero.
"El North Stream avanza y se diferencia del South Stream solo por la lista de las compañías europeas que participan en el proyecto", remarcó.
El gigante ruso del gas Gazprom y las compañías OMV, BASF, Engie, Shell, Uniper llevan adelante el proyecto para aumentar en 55.000 millones de metros cúbicos anuales la capacidad del gasoducto Nord Stream, que conecta a Rusia y Alemania por el fondo del mar Báltico.
Szijjarto destacó que el primer ministro húngaro Viktor Orbán planteó este asunto al presidente ruso Vladímir Putin durante su visita a Budapest a principios de febrero.
"Respecto a la migración debemos tener una postura dura, actualmente cada vez más países europeos sugieren la necesidad de proteger las fronteras externas, así como de tener los puntos de acogida fuera de la Unión Europea", dijo Szijjarto.
En cuanto a las cuotas para la acogida de los refugiados impuestas a Hungría por la UE, el canciller húngaro destacó que "el deseo de la gente fue expresado claramente a través del referéndum, 3,3 millones de personas dijeron que no quieren respetar ninguna cuota de acogida de refugiados impuesta", a lo que añadió la necesidad de "seguir esta vía".
El 2 de octubre de 2016 se celebró en Hungría un referendo en el cual los húngaros debían responder si aceptaban o no que la UE decidiera, sin el consentimiento del Parlamento nacional, la acogida de refugiados en el país.
Según el plan de la Comisión Europea, Hungría deberá acoger a 2.300 migrantes durante los próximos dos años.
En noviembre de 2016 el Parlamento de Hungría no aprobó introducir en la Constitución enmiendas que permitan vetar las cuotas que impuso la UE para la acogida de refugiados.
Un total de 131 parlamentarios de la coalición gobernante, encabezada por el primer ministro Viktor Orbán, respaldaron las enmiendas, faltaron dos votos para aprobar los cambios.
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Szijjarto opinó que no tiene sentido insistir en las enmiendas a la Constitución o a la nueva legislación ya que "la oposición no lo respaldará".
"Las enmiendas a la Constitución podrían ser un buen medio, pero dado que eso no va a suceder, debemos defender otras vías", subrayó.
Hablando de las sanciones contra Rusia, declaró que la política de sanciones de la Unión Europea para Rusia dependerá en mucho grado de las relaciones que tenga Moscú con la nueva Administración de EEUU.
"Confío en que llegará un día en que podremos levantar las sanciones, pero eso no depende de Europa, creo que se podrá cancelarlas cuando mejoren las relaciones entre Rusia y EEUU", dijo.
"Desde el punto de vista económico, nos hicimos más daño a nosotros que a Rusia (…), fue como dispararse al pie", confesó.
"Durante los últimos tres años no se consiguió ningún avance real en este asunto (…), lo cual significa que el objetivo político no se logró, lo que me hace preguntarme: ¿por qué debemos mantener las sanciones, en vez de buscar una salida?", dijo.
El canciller reconoció que hasta ahora EEUU estuvo presionando mucho a la UE y afirmó que si esta presión desaparece o se afloja, los países europeos empezarán a plantear con más audacia la necesidad de mostrar una actitud más pragmática en este asunto.
Asimismo el ministro declaró que Hungría no considera que Rusia resulte peligrosa para los países miembros de la OTAN, pero respeta la postura de los Estados que afirman lo contrario.
"Tenemos enfoques diferentes al de los países del Báltico y de Polonia, no consideramos que Rusia represente un peligro para la existencia de Hungría, mientras que ellos sí ven una amenaza directa a sus países", dijo el jefe de la diplomacia húngara a RIA Novosti.
Szijarto agregó que respeta la postura de esos países, que son aliados de Hungría en la OTAN, pero no la comparte.
El diplomático insistió en que "para que haya seguridad en el mundo, resulta imprescindible un diálogo entre la OTAN y Rusia, en caso contrario el mundo será aún más peligroso de lo que es ahora".
Hungría ingresó en el bloque militar en 1999, y apuesta actualmente por un enfoque práctico de las relaciones de la Alianza con Rusia.
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En julio de 2016, la OTAN aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa que incluye el despliegue de cuatro batallones multinacionales en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia en el marco de lo que denominan "política de contención a Rusia".
Paralelamente, la Alianza sigue adelante con el emplazamiento de armas antimisiles estadounidenses en Europa.