"Si este recurso pudiera ser algún tema para querer presionar al Gobierno, de verdad que no tenemos ningún problema", dijo el máximo responsable de la política interior del Gobierno de Enrique Peña Nieto, un día después de reunirse en México con los secretarios estadounidenses de Estado, Rex Tillerson, y de Seguridad Nacional, John Kelly.
"Antes había una dependencia en muchos sentidos con EEUU, hoy no, afortunadamente, al paso de los años se han dado capacidades en materia de seguridad, en materia de migración y en otros temas que se han venido trabajando", respondió Osorio en una entrevista con el noticiario Radio Fórmula de cobertura nacional.
En la Iniciativa Mérida —una especie de Plan Colombia antidrogas para México-, firmada en 2008 por 2.800 millones de dólares de ayuda estadounidense, solo falta entregar 1.200 millones de dólares, "está en fase terminal", dijo el principal responsable mexicano de administrar esa ayuda.
Mientras Tillerson y Kelly hablaron de futuro y balances positivos con discursos mesurados, el mandatario prosigue con declaraciones estridentes calificados por el canciller Luis Videgary como "agravios".
Trump ordenó a todas las dependencias del Gobierno "requerimientos de información sobre asistencia extranjera", para cuantificar en 30 días todas las fuentes de ayuda federal a México en los últimos cinco años, con la intención de financiar la construcción de un muro fronterizo, estimado en 20.000 millones de dólares.
Doble discurso

En las conversaciones, Osorio pareció llevar la batuta de los reclamos, y dijo este jueves que a Tillerson y Kelly "México les dejó claro que no puede ser una antesala para quienes piden refugio en EEUU".
Las órdenes ejecutivas contra 11,5 millones de migrantes ilegales, consideran la expulsión expedita de unos 3 millones que hayan cometido delitos, al otro lado de la frontera sur de EEUU.
"No sabes cuantas veces, desde que soy secretario de Gobernación (Interior), han pedido que los que piden refugio en EEUU sean remitidos a México", relató Osorio, refiriéndose a las directrices de deportación de Kelly para expulsar a México a inmigrantes de otras nacionalidades.
La repuesta de México es que "no podemos ser una antesala con los que quieren llegar a EEUU".
"No podemos recibirlos y no los vamos a recibir, no los pueden dejar en los límites, no hay posibilidad de que sean recibidos por México", remató.
La prensa mexicana no ha dejado pasar las contradicciones y las portadas de los diarios destacan el doble discurso del nuevo gobierno.
"Kelly contradice a Trump, descarta operación miliar", tituló el diario Milenio. Mientras que El Universal coincidió en sus ocho columnas impresas del viernes: "Se contradicen Kelly y Trump sobre deportación", y el centenario diario nacional Excélsior señaló en su tapa: "Se enredan en deportaciones".
El influyente columnista Raymundo Riva Palacio, uno de los mayores conocedores de las acciones antidrogas de EEUU en México, tituló su columna en El Financiero: "Trump, el palo y la zanahoria".
Los líderes en el Senado —cámara alta del Congreso encargada de aprobar la política exterior del Estado mexicano—, dirigentes de distinto signo, de centroizquierda como Miguel Barbosa, o de centroderecha como Gabriela Cuevas, coincidieron en ese reclamo.
Ambos exigieron a Peña Nieto que no recibiera en su despacho de la residencia de Los Pinos a los altos funcionarios de Trump, como un mensaje diplomático, en reciprocidad a los desplantes del mandatario estadounidense, pero fueron desoídos.
Un día después de las reuniones en México, Trump volvió a castigar la relación bilateral con el que ha sido el mejor socio y vecino de EEUU en las últimas décadas, coinciden muchos analistas y opositores.