La Policía Civil decidió paralizar sus trabajos al menos durante este miércoles, en protesta por la muerte de uno de sus compañeros, el policía Marcelo de Albuquerque, que murió asesinado a tiros este martes en la localidad de Colatina, en el interior del estado.
De Albuquerque estaba realizando el trabajo que le correspondería hacer a la Policía Militar, ya que la civil se dedica a la investigación, no a patrullar las calles.
El fin de semana la Policía Civil ya orientó a sus policías a través de un comunicado para que no trabajasen en las calles, poniendo sus vidas en riesgo.
Este miércoles varios agentes de la Policía Civil realizaron una marcha hasta uno de los cuarteles donde las esposas de los policías militares bloquean la salida de vehículos para mostrar unidad en las reivindicaciones.
Desde que el sábado la Policía Militar dejó de vigilar las calles una ola de violencia tomó el estado, principalmente la capital, Vitória, y su área metropolitana.
Con saqueos, robos y al menos 87 muertos, el gobierno de Espíritu Santo solicitó la ayuda urgente del Ejército, que mandó 1.200 hombres, aunque la situación sigue tensa y el gobierno ya ha avisado de que no cederá a las presiones de la policía.