"Lo que está pasando en Espíritu Santo es un chantaje. Es los mismo que secuestrar la libertad de los ciudadanos del estado y pedir el pago de un rescate", lamentó este miércoles en rueda de prensa.
Según su criterio, no puede hacerlo "ni por el aspecto ético ni por el incumplimiento de la ley de responsabilidad", ya que esto acarrearía un gasto de 500 millones de reales (160 millones de dólares) a las cuentas del estado.
¿De dónde vamos a secar medio billón de reales? Cerramos las cuentas de 2016 con sacrificio", recordó el gobernador, que se negó a hacer como otros estados y aumentar los impuestos para generar más recaudación.
"Quiero hablar a vuestros corazones: vamos a volver al trabajo. Ese movimiento es ilegal, inconstitucional y lo peor: el método adoptado da verguenza, es el del chantaje", reiteró.
Se refería así a la paralización, lideradas por las mujeres y familiares de los agentes de policía, ya que la ley prohíbe que estos participen en huelgas y movilizaciones.
Remarcaron que no dejaran de forzarla huelga hasta que no consigan el aumento salarial para sus maridos, además de la amnistía para los policías que no han patrullado estos días —podrían arriesgarse a penas de hasta dos años de cárcel— y la dimisión del actual secretario de Seguridad.
Desde que la Policía Militar dejó de patrullar las calles de Vitória y su área metropolitana se registró una ola de violencia que está dejando robos, saqueos y al menos 87 muertes violentas, según el sindicato de la Policía Civil.