"En Ucrania no existe ni una sola fuerza política que abogue por la implementación de los acuerdos firmados en Minsk", dijo en rueda de prensa.
Azárov lamentó que los acuerdos de Minsk no contemplen mecanismos de responsabilidad por su incumplimiento.
"Indudablemente, dichos acuerdos son de gran importancia (…) pero no prevén un mecanismo real de responsabilidad por su incumplimiento", afirmó el ex primer ministro ucraniano.
Agregó que es poco probable una nueva escalada del conflicto en Donbás ya que el presidente de EEUU, Donald Trump, sugirió buscar una solución pacífica.
Añadió que después de que Trump propusiera al presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, buscar una solución pacífica de la situación, este "no se atreverá a ir en contra de la voluntad del nuevo amo".
Asimismo Nikolái Azárov declaró que en los tres años transcurridos desde el cambio violento del poder en Kiev, el PIB de Ucrania se redujo en más de dos veces y el país no pudo aplicar una política independiente.
Además recordó que Donbás sufrió colosales destrucciones y numerosas víctimas humanas.
Ucrania perdió el derecho a aplicar una política exterior e interna independiente, solo se le quedó el derecho de cambiar nombres de las calles y de tumbar monumentos, se impuso la política antirrusa, "dirigida sin lugar a dudas por patrones occidentales", dijo.
Según Azárov, el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, seguirá las instrucciones de EEUU durante la administración de Donald Trump.
"Se portará de la manera que le digan, si el señor Trump le dice 'desaparece de mi vista', Poroshenko lo hará ese mismo día, intentará salir de Ucrania e irse lo más lejos posible", dijo Azárov a los periodistas.
El ex primer ministro también calificó al mandatario ucraniano de "una persona absolutamente incapaz de llegar a un acuerdo", debido a que "hoy tiene una opinión, y mañana, otra" y señaló que está acostumbrado a "obedecer a su amo".
Además subrayó que la posición firme de Rusia salvó del genocidio a los rusos en el este de Ucrania en 2014.
"Si Rusia no hubiera tenido una postura firme, habría empezado el genocidio de Donetsk y Lugansk en verano de 2014", dijo al presentar este martes en Moscú su libro 'Lecciones de Maidán. Ucrania después del cambio'.
Según Azárov, "no es coincidencia que tras el cambio (de poder en Kiev) fue en Járkov, Lugansk, Donetsk, Odesa y Nikoláev donde empezaron las protestas contra el nuevo régimen ucraniano".
"En Járkov y Odesa (las protestas) fueron reprimidas violentamente", recordó.