De acuerdo con el autor del artículo, la actitud de Washington hacia Kiev no será ni "la peor pesadilla", ni "el sueño de rosa" de Kiev. Los ucranianos intentan averiguar cuál será la estrategia de Trump respecto a su país. Al mismo tiempo, los halagos del republicano hacia el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y sus críticas hacia la Administración de Obama por su posturo respecto a Ucrania, han centrado la atención de los medios y los expertos.
Así, Trump declaró en su cuenta de twitter que "Crimea se adhirió a Rusia durante la llamada 'época de Obama'". Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, afirmó que Kiev "complicó la labor de la campaña electoral de Trump en el peor momento", ya que "filtró la información de que el jefe de la campaña electoral del candidato republicano, Paul Manafort, supuestamente era financiado por oligarcas ucranianos".
En agosto, el político se vio obligado a dimitir tras una serie de informes que afirmaba que Manafort había trabajado para el "presidente prorruso de Ucrania", Víctor Yanukóvich.
"El nuevo presidente de EEUU no es de esas personas que dejan fácilmente el pasado atrás", comentó en noviembre el director del Consejo ruso de Asuntos Internacionales, Andréi Kortunov. De acuerdo con Kortunov, Trump no prestará especial atención a un país, cuyos círculos de poder abiertamente apoyaron a su contrincante, Hillary Clinton.
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De acuerdo con el politólogo ucraniano Taras Berezovets, las relaciones entre Washington y Kiev "llegarán a ser más pragmáticas". Según el experto, el Gobierno de Trump continuará garantizando la seguridad de Ucrania y enviará más armas a ese país.