"La estrategia mexicana general de diálogo y negociación, antes que confrontación y sumisión, parece bien equilibrada, y ha sido bien recibida en el Senado, pero enfrenta una andanada de actos inamistosos", dijo a esta agencia el latinoamericanista Rodrigo Páez Montalbán.
El clima de las conversaciones se enrareció aún más con un mensaje ominoso de Trump: "vamos a construir el muro" escribió en su cuenta de Twitter para anunciar un "gran día planeado sobre seguridad nacional", justo cuando los secretarios mexicanos de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y Economía Ildefonso Guajardo, aterrizaban en Washington la noche del martes.
"Son indicios muy claros de la disputa que viene, el nuevo presidente de EEUU ratifica su oposición al libre comercio y la globalización", dijo el académico del posgrado del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), de la UNAM, principal universidad mexicana.
La decisión contra el TPP "deja colgados de la brocha a once gobiernos –incluido México que ha decidido buscar acuerdos bilaterales de reemplazo– y dicta el camino de EEUU en los próximos cuatro años", dice el coautor de los libros 'La UE y América Latina: lecciones de la crisis económico-financiera' y 'Paradigmas económicos del siglo XXI'.
Las cartas
México tratará de jugar sus cartas y trazar líneas rojas para mostrar su peso e importancia en temas esenciales para EEUU.
"Un detalle interesante fue incluir en la agenda bilateral la problemática centroamericana, porque uno de los tres puntos es el de migración, además del comercio y la seguridad fronteriza", apunta Páez Montalbán.
Con las nuevas políticas en EEUU están en riesgo las metas del llamado "plan para la prosperidad para Centroamérica, de donde salen más migrantes que de México, que ya registra tasas negativas de salida de trabajadores".
Y con el fin de la política de "pies secos, pies mojados" que favorecía a los migrantes cubanos, se vuelve más compleja la situación de la frontera norte.
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Es posible contener los planes contra jóvenes indocumentados que llegaron a EEUU siendo niños, conocidos como "soñadores" ("dreamers"), y que solo avance el primer plan de deportar a 3 millones de mexicanos con antecedentes penales.
Esos detalles muestran que la construcción del muro y su intención de cobrarlo a México es más simbólica que los problemas reales: "el panorama está muy abierto, pero está claro quien lleva la batuta, el Gobierno de EEUU", apunta.
Las negociaciones "debe bajar los términos de la relación de las nubes, porque las cartas en juego son sumamente concretas y el nuevo presidente se muestra urgido de proyectar la imagen de que cumple sus promesas de campaña".
Otra carta anunciada por México es fortalecer sus relaciones con sus socios en América Latina, "como lo hace ya Colombia, que se enrumba hacia la Unión Europea a través de Francia, o reforzar el impulso a la Alianza del Pacífico con Chile y Perú, que eran entusiastas impulsores del TPP".
La región latinoamericana debe activar los mecanismos multilaterales para enfrentar al nuevo Gobierno de EEUU con la realidad "porque es un situación inédita de emergencia, un cambio muy brusco del paradigma que se mantuvo durante más de dos décadas", indica el experto en negociación política internacional.
Manifestantes protestan contra #Trump ante Embajada de #EEUU en #México https://t.co/urMnFg0kLy pic.twitter.com/tf6aZ0d94t
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 21 de enero de 2017
Sin embargo, inesperadamente, Peña Nieto canceló a última hora su participación en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en República Dominicana, con vagas "razones de agenda".
Otra jugada mexicana es "tratar de afianzar su relación con Canadá, porque es una relación menos asimétrica que con EEUU, más clara y directa".
Pero el Gobierno de Justin Trudeau comienza a dar indicios de que negociará por separado y no en una mesa trilateral de Norteamérica.
Las negociaciones navegan así en aguas turbulentas, donde "la tranquilidad y la mesura están ausentes, marcadas por golpes de efecto contundentes y sin matices, es un cambio de era, de forma y de fondo", puntualiza Páez Montalbán.
Los dilemas
El presidente Peña Nieto expuso su estrategia intentando proyectar un escenario de unidad nacional.
Presentar una imagen forzada de unidad, mientras el Gobierno mexicano enfrenta amplios disensos y protestas, "es un error que impide centrar la figura del presidente en el marco de un plan que, en conjunto, es inteligente, pero será fructífero solo si ofrece resultados ante las ofensas".
Independiente de la claridad de la estrategia de negociación, "el resultado es incierto, porque el personaje que está enfrente vive en la lógica de sus clientelas políticas".
Trump reedita el "mensaje político de la campaña permanente, basada en su persona, por lo tanto no se sabe qué puede ocurrir".
México debe explotar "la poca consistencia de la parte negociadora de EEUU, compuesta por fichas de un personaje desequilibrado en su lógica, no solo por representar a una derecha nacional-populista, sino porque aún desconoce la lógica del poder que asumió".
Los mexicanos construyen el muro de #Trump… pero de cartón y con lemas en su contra https://t.co/isFNGkL4vN pic.twitter.com/pAUcZ1gRJc
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 21 de enero de 2017
Por esa razón, la advertencia de los enviados mexicanos, de que abandonar la mesa si la negociación no conviene a los intereses de México y de apelar en forma implícita a la Organización Mundial de Comercio "es un límite correcto", considera el veterano consultor internacional.
Para ilustrar ese punto, menciona que el impuesto mundial en la industria automotriz en el ámbito de la OMC es en promedio de 2,5%, mientras que Trump habla de imponer un arancel de 35% a las armadoras, "no tiene idea de lo que está diciendo", puntualizó.
La posibilidad de acrecentarlo también es limitada, debido por ejemplo a los proteccionismos de Brasil y Argentina, que negocian con México fijando cuotas proteccionistas a las exportaciones de autos, explica.
"Son un mercado pequeño que no puede reemplazar al estadounidense", adelantó.
Finalmente, "la fuerza real para modificar esas políticas surgirá de los propios estadounidenses", puntualizó Aguilar.