"En las prisiones de Brasil hay mucha gente que no debería estar allí. Un 40% de las personas está esperando un juicio. A nivel internacional esa cifra es del 22%, y en los países desarrollados es del 8%. He encontrado numerosos casos de personas que esperan años por un juicio. Es un sistema muy ineficiente", afirmó al programa radial de Sputnik 'En órbita', el investigador de HRW dedicado a estudiar las condiciones de las prisiones en Brasil, César Muñoz.
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É urgente que o Brasil promova uma reforma estrutural para acabar com a superlotação desumana. https://t.co/vQmA0fkmu4 #ReformaPrisional pic.twitter.com/Hf2jd1kNoZ
— Human Rights Watch (@hrw_brasil) January 9, 2017
Respecto a la política de drogas, el experto alertó que existe "un porcentaje muy alto" de personas detenidas por alguna relación con estupefacientes: un 28% a nivel nacional y más del 60% solo entre las mujeres. En su opinión, el dato no solo incide en la superpoblación carcelaria que viola los derechos humanos y facilita los motines, sino que refuerza la necesidad de separar a los presos por tipo de crímenes.
"Muchos de ellos están detenidos por [posesión de] cantidades de drogas muy pequeñas. Yo documenté un caso de un joven de 19 años que tenía una condena de más de cuatro años por 15 gramos de marihuana. Cuando lo conocí ya llevaba un año preso junto con homicidas, personas que habían cometido crímenes graves y violentos. El sistema actual de colocar personas en prisión por muy pequeñas cantidades de drogas junto con homicidas es al final una forma de facilitar el reclutamiento de los grupos criminales", consideró Muñoz.
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"En algunas cárceles de Brasil la verdadera autoridad la tienen grupos criminales, no el Estado. Eso se debe principalmente al nivel de sobrepoblación que hace imposible que los agentes penitenciarios puedan controlar lo que pasa. Hay prisiones en que la escasez de agentes y el nivel de hacinamiento hace imposible controlar lo que pasa", observó.
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