"Esta decisión podría tener, por lo menos, dos razones ocultas. En primer lugar, el apoyo directo de Arabia Saudí a Hillary Clinton durante las elecciones presidenciales estadounidenses. Riad desperdició una enorme cantidad de dinero en su campaña", afirmó el analista iraní.
Además, el presidente electo de EEUU ha criticado en reiteradas ocasiones el hecho de que Washington asuma en solitario la mayoría de las cargas financieras derivadas de la defensa de sus aliados, mientras que otros países no ofrecen casi nada a cambio de ese apoyo y, según él, a menudo aplazan los pagos por los 'servicios prestados'. En este sentido, los saudíes, por ejemplo, firman contratos militares multimillonarios con EEUU y reciben cazas o helicópteros de combate, entre otros equipamientos, recuerda Beheshtipour.
"Por otro lado, teniendo en cuenta la orientación de las políticas estadounidense en Oriente Próximo, resulta que Washington utiliza el país árabe para promover su expansión en la región. Existe cierta incertidumbre entre los expertos en cuanto a las recientes declaraciones de Trump", señaló.
Combatir a los terroristas podría convertirse en un interés común entre Washington y Teherán que fomente sus relaciones, especuló el analista.
"Trump declaró que es Daesh, con base en Siria, el enemigo principal de EEUU. Por lo tanto, los estadounidenses deberían luchar contra los terroristas en vez de intentar derrocar al Gobierno soberano de Bashar Asad y convertir así al país en un segundo Irak o Libia", constató.
"Desde los inicios [del conflicto sirio] Irán ha mantenido esta misma postura… Por lo tanto, vamos a ver si Trump va a cumplir con sus promesas electorales o preferirá seguir las instrucciones que le lleguen del Pentágono", concluyó el experto iraní.