Una década después, una confrontación que sacó de quicio la prolongada y subterránea política antidrogas, ha costado más 186.000 vidas y 28.000 desaparecidos, según estadísticas oficiales.
"La verdad es que Trump no ha asomado ninguna estrategia clara sobre el tema del combate al poderoso crimen organizado multinacional, aparte de la designación de los llamados 'halcones' y militares de línea dura", dijo a Sputnik Nóvosti el investigador experto en narcotráfico José Reveles.
El presidente electo de EEUU ha sido muy retórico y parece seguir en campaña, sin planes precisos: "Trump no ha definido la ruta de esa guerra, porque en su estilo mediático lo que no sirve para su publicidad no lo trata ni lo explica", dice el autor de varias biografías de capos.
En México ha llamado la atención de especialistas la nominación de un general jubilado, John Kelly, para dirigir el departamento de Seguridad Nacional.
Otro indicio de lo que se puede esperarse en temas de seguridad fronteriza y combate al crimen es el retorno a las filas activas de otros dos generales jubilados: el peculiar veterano de los servicios de inteligencia Michael Flynn, como asesor de seguridad nacional, y de James Mattis apodado Perro Rabioso por su agresiva elocuencia como secretario de Defensa.
La vuelta de los duros
Las señales que más han llamado la atención "son las designaciones de tipos duros con relación al comercio y la protección de la industria estadounidense", que parece le preocupan más a Trump que las deportaciones de ilegales y el muro fronterizo, dice Reveles.
El presidente electo de EEUU no se ha pronunciado por la aprobación de la marihuana que se votó en varios estados el mismo día de su elección, comenta Reveles, uno de los más respetados expertos mexicanos en el tema.
Hay una característica notable de los organismos estadounidenses antidrogas: su estilo de infiltración y convivencia cercana con los criminales para su control.
"Si deciden apretar al consumo interno, van a tener que apretar también en la frontera con México", explica Reveles.
Mientras que EEUU exige que otros países como México ataquen frontalmente al crimen, incluso con el Ejército, "ellos son muy permisivos en su relación con las organizaciones criminales".
El estilo de la DEA y la agencias de inteligencia estadounidenses contempla operaciones extremas para trasladar cargamentos y hacer negocios multimillonarios, para luego confiscarlos.
"Me temo que si Trump lo ve como un negocio global, debe saber que las ganancias del narco son multimillonarias y buena parte se lava en bancos de EEUU, le pueden interesar", afirma el experto.
Reveles cita un ejemplo examinado en uno de sus libros: solo el Cartel de Sinaloa depositó 378.000 millones de dólares en un solo banco de EEUU.
El monto es un tercio del PIB mexicano, fue depositado en el hoy cerrado Wachovia Bank, que reapareció de nuevo en 2011 reconvertido en Wells Fargo.
Los dos años restantes, el Gobierno de Enrique Peña Nieto coexistirá con Trump, y según los planes oficiales contempla "mantener una política de seguridad interior, que se apoya en mantener a las fuerzas armadas en las calles", afirma Reveles.
El plan mexicano de combate al narco no se ha modificado en una década: "Esencialmente es el mismo plan de Felipe Calderón, porque no ha habido un cambio de paradigma punitivo", sentencia.
El modelo parece absurdo a la vuelta de los años: "El resultado ha sido que las fuerzas militares apaciguan un estado, se van y vuelven los mismos efectos, es un círculo vicioso".
Es lo que los expertos han llamado "el efecto cucaracha", como la reacción de insectos fumigados que escapan a otros santuarios, aunque ahora han aparecido efectivos del crimen con mayor capacidad de fuego, con equipos antitanques o incluso lanzacohetes contra helicópteros, más contestarios.
La incógnita de Trump
El tema del narcotráfico "no es un tema que ha colocado Trump entre su prioridades, y los analistas sabemos poco sobre cómo va a actuar", dijo el experto Rubén Aguilar a Sputnik Nóvosti.
Los datos concretos hasta la fecha son que Trump se ha acercado a muchos elementos del aparato militar estadounidense, dice el autor de 'La Guerra fallida de las drogas' y 'Los saldos del narco'.
"Con Trump están de regreso los personajes que suelen denominarse como 'Los Halcones', figuras conservadoras defensoras de políticas imperialistas", dice el autor.
Esos jefes castrenses de vieja guardia que han comenzado a ocupar altos cargos en materia de seguridad "no son abiertos a otra cosa que no sea la confrontación global, y la acción militar punitiva en política exterior".
"No son signos buenos para las nuevas políticas que se comenzaban a perfilar en México y América Latina, por esa razón cabe esperar una vuelta hacia atrás en la rueda de la historia", dice el experimentado analista político y consultor gubernamental.
Lo que podría traer el portafolio de Trump es "una vuelta al prohibicionismo, con acciones militares de castigo al estilo de los personajes duros que van siendo designados".
Existe una ventana en el modelo norteamericano de pesos y contrapesos: "Inclusive en algunos estados conservadores que votaron por Trump a la presidencia, el mismo día se votaba para aprobar el uso de la marihuana médica y lúdica", como el caso de Florida, dice Aguilar.
Pero la región latinoamericana debe prepararse para una época similar a los gobiernos republicanos de la familia Bush, padre e hijo, a los cuales sirvieron los veteranos designados por Trump.
"Es previsible el retorno de las certificaciones de buena conducta antidrogas, alineados a las guerras de los policías del mundo, una lógica de la cual intentó escapar el presidente Obama", puntualiza.