El 45º presidente de EEUU, Donald Trump, por primera vez después de las elecciones hizo una declaración respecto a la cuestión del Mar del Sur de China, como única referencia política crítica hacia el gigante asiático.
Durante los últimos años Pekín construyó numerosos aeródromos, hangares, y faros en las islas Spratly. Según Quong, estas acciones de China van en contra de las decisiones de la ONU, Asean y varios tratados internacionales, así como violan sus compromisos.
Did China ask us if it was OK to devalue their currency (making it hard for our companies to compete), heavily tax our products going into..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 4 декабря 2016 г.
their country (the U.S. doesn't tax them) or to build a massive military complex in the middle of the South China Sea? I don't think so!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 4 декабря 2016 г.
"Al intervenir en una rueda de prensa en septiembre de 2015, Xi Jinping declaró que China no busca militarizar las islas Spratly. La administración estadounidense se muestra en contra de esto y cualquier presidente [de EEUU] seguirá con esta política, lo que nos demuestra ahora Donald Trump", planteó Quong.
El experto ruso en Sudeste Asiático, Dmitri Mosiakov, apuntó que Trump ahora está considerando cuáles son los conflictos en los que Washington debe seguir participando, cuáles son que debe reconsiderar, o quitar de la lista.
Según Mosiakov, tras la toma de posesión de Trump, los aviones norteamericanos se dirigirán hacia las islas Spartly para inspeccionarlas, mientras los buques estadounidenses entrarán en aguas que Pekín considera suyas.
La publicación hecha por Trump en su cuenta de Twitter coincide con su conversación telefónica con el presidente de Taiwán —que China considera su territorio—. Esta fue la primera vez desde 1979 que el presidente de EEUU se comunicó con el líder taiwanés.
La prensa china no tardó mucho en declarar que Trump busca destruir las relaciones entre EEUU y China al pasar por encima del principio de 'China Unida'.