Réquiem para el TPP
La opinión del republicano es contundente al respecto. “El peor acuerdo de la historia”, según sus palabras textuales. Y ya nadie se juega la ropa por Obama, ni por el tratado: “Creo que los republicanos ya tienen un líder que ha ganado en parte por su oposición al TPP. Veo muy difícil que decidan rifarse en votar por él”, sentenció Seele.
Pero Trump también apuntó hacia NAFTA, el tratado de libre comercio entre EEUU, Canadá y México, al afirmar que lo evaluará y luego tomará una decisión al respecto. El Dr. en Ciencias Sociales y profesor de Economía Políticas en la Universidad Nacional de Rosario en Argentina, Julio C. Gambina, señala que buena parte del déficit comercial estadounidense es precisamente con esos dos países norteamericanos, y también con China, “pues EEUU les compra muchísimo más de lo que les vende”.
Gambina señala que “lo que queda claro es que la orientación proteccionista del Gobierno Trump va a profundizar algunas líneas del proteccionismo tradicional de EEUU”. Y es que en las tendencias del comercio mundial en materia de política económica, hay dos grandes líneas: la política liberalizadora del comercio internacional, y la política proteccionista, explica el analista.
“Lo que hay que señalar es que EEUU, como muchos otros países desarrollados del capitalismo mundial, ejercen ambas políticas al mismo tiempo: Europa promueve el libre cambio, al tiempo que protege y subsidia las exportaciones de los países que la integran, especialmente en lo que se llama el paquete agrícola”.
Gambina indica que “EEUU, al mismo tiempo que en los últimos años empujó el liberalismo, la liberalización, y el libre comercio, ha protegido a distintos sectores de la producción nacional. Hay distintos niveles de restricción al ingreso de algunos productos en ese país, especialmente los agrarios”.
Gambina concluye que “no es cierto que EEUU y los países de Europa tienen una liberalización y apertura total. Esa ha sido la tendencia principal de política económica, sobre todo hacia afuera, para favorecer la colocación de los productos estadounidenses y europeos en la mayoría de los países del mundo, lo que ha significado una ampliación del comercio internacional con los mecanismos de apertura”.
Mientras, el economista catalán Josep Manel Busqueta, señala que la lógica de los beneficios del libre comercio para el conjunto de la ciudadanía es una lógica que sólo se aguanta sobre el papel y en las cátedras de las universidades. Y lo fundamenta: “en la práctica hemos visto que el libre comercio ha significado un intercambio desigual donde determinados países, y más concretamente algunas corporaciones han ido beneficiándose, y el resto de la ciudadanía, sobre todo los trabajadores y las trabajadoras en su conjunto, han salido perdiendo”.
Busqueta coincide con Gambina al señalar que en buena medida “el libre comercio no es tan libre, pues al final existen muchísimos mecanismos de coacción, de imposiciones y monopolios en lo que son las lógicas del comercio internacional”. Busqueta matiza que aunque “siempre ha sido así, hoy es más que nunca”.