Sin embargo, toda la información de los sensores del avión quedará presentada en ruso. Así también lo deseó el comprador, el Ejército Popular de Liberación de China, según el medio.
Aunque suena poco lógico, en realidad es una decisión bastante racional que se debe a cuestiones de economía, tecnología y… lingüística.
"Adaptar los equipos del avión para las particularidades nacionales del comprador es uno de los más importantes procesos técnico", explica Dzhandzhgava.
La única solución sería aumentar su tamaño y rediseñar la cabina entera, algo que necesitaría recursos y tiempo adicionales y, por lo tanto, llevaría al retraso de los suministros.
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La parte china decidió dejar el interfaz en ruso, ya que sus pilotos no tienen ningún problema con el uso de los Su-27 que tampoco están traducidos.
En total, China planea recibir 24 cazas Su-35. Los primeros aviones serán entregados antes del fin del año corriente, según Izvestia.