Rusia es el mayor exportador de trigo en países como Egipto, Nigeria, Bangladés e Indonesia y, durante los últimos diez años, han seguido aumentando las exportaciones de trigo debido a la creciente demanda.
"Rusia estará entre los líderes del mercado durante mucho tiempo, ya que tiene un buen potencial para aumentar la productividad", según comentó a Bloomberg Tom Basnett, el director de la empresa de consultoría australiana Market Check. Agregó que "los otros productores tendrán que luchar por mantener sus mercados tradicionales".
"Con nuestro clima y nuestra naturaleza, estamos destinados a ser exportadores", según declaró a Bloomberg el presidente de la Unión Rusa de Trigo, Arkadi Zlochevski.
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De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Kansas (EEUU), el fértil suelo, el apoyo estatal, así como la proximidad geográfica a los puertos del mar Negro, permiten a Rusia ofrecer este producto a los países de Oriente Próximo a un coste dos veces más bajo.
EEUU y los países de la UE tratan de resistir la creciente competencia en el sector cultivando un trigo de mayor calidad. Además, algunos productores estadounidenses se han visto obligados a reducir la extensión de sus cultivos. El próximo año, la cosecha puede caer hasta el nivel del año 1919, según informó la empresa estadounidense productora de trigo The Scoular Co.
Desde el año 2002 —cuando Rusia volvió al mercado mundial del trigo— las exportaciones siguen creciendo. Así, en los primeros siete meses del año 2016, las exportaciones agrícolas constituyeron el 5,5% de todas las exportaciones del país. Según las estadísticas oficiales, las ventas de trigo al exterior incluso superaron a las de las armas.
Según explicaron los propios granjeros, la principal razón del desarrollo de la industria rusa es la decisión del Kremlin —tomada hace 10 años— de permitir a los ciudadanos comprar y vender terrenos. La semana pasada, el ministro de Agricultura de Rusia, Alexandr Tkachev, declaró durante una reunión con el presidente Vladímir Putin que en los próximos 10 años, la cosecha de trigo podría aumentar un 20%.
"Las exportaciones nos dan una moneda sólida, gracias a la cual nuestro productor se enriquece", subrayó.
El Ministerio ruso pronosticó a fines de agosto pasado un total estimado de exportaciones de alrededor de 40 millones de toneladas durante el año en curso, incluyendo unos 26-30 millones de toneladas de trigo.
En cuanto a la cosecha de cereales, el ente prevé que este año será de al menos 110 millones de toneladas, que pueden aumentar hasta los 113-116 millones en caso de que se den buenas condiciones climáticas.