Este proceso es catalogado por el rotativo alemán como un "boom agrario", en parte gracias a que muchos rusos se pasaron al negocio de la agricultura tras las sanciones impuestas por el país eslavo a los productos europeos.
De hecho, los éxitos más importantes en el sector agrario se han dado en aquellas áreas de la industria centradas no solo en la producción interna, sino en la exportación a todo el mundo. La fuerza más importante del sector siguen siendo los grandes consorcios, que llevan tiempo en el mercado y que piden más inversiones. Por ejemplo, la producción de semillas rusas viene creciendo desde el año 2000, y en el 2015 la producción de trigo superó a la de EEUU, prosigue Der Spiegel.
Pero, más allá del crecimiento, la industria agricultora rusa aún tiene que superar muchos obstáculos, entre ellos poder reemplazar los productos europeos no disponibles en el mercado interno y prepararse para una posible retirada de las sanciones, lo que podría llegar a ocurrir en el futuro.