"Las acusaciones tempraneras y no sustentadas, entre otras cosas, son usadas deliberadamente para alejar la atención del extraño 'error' cometido por los pilotos de la coalición internacional al mando de EEUU el 17 de septiembre, cuando sus aviones bombardearon las posiciones de las fuerzas gubernamentales sirias en Deir Ezzor", subraya el documento de la Cancillería.
En el Ministerio señalaron que, "según testimonios de los 'testigos' de la organización 'Cascos blancos', que actúa en las zonas controladas por los rebeldes, una de las fuentes preferidas de los medios occidentales, el ataque se produjo desde el aire, e incluso algunos activistas escucharon supuestamente el ruido de helicópteros [en la zona]".
EEUU responsabilizó a Rusia de lo sucedido.
"Según la información que obra en nuestro poder, fue un ataque aéreo y significa que pueden haber solo dos responsables: el régimen sirio o el Gobierno ruso, pero en cualquier caso consideramos como responsable al Gobierno ruso", declaró el asesor adjunto de Seguridad Nacional de EEUU, Ben Rhodes.
"Toda la información sobre la posición del convoy estuvo a disposición solo de los rebeldes que controlan estas regiones", cerró Konashénkov.