Un corresponsal de la agencia RIA Nóvosti pudo entrevistar a un representante del Consejo Popular de dichas ciudades, quien informó de los detalles de la catástrofe humanitaria en Al Fuah y Kafarya en la provincia de Idlib, al norte de Siria.
La firmeza de las ciudades sirias
La última vez que los terroristas atacaron Al Fuah fue en 2012. Trataron de romper la línea de defensa con infantería blindada junto con miles de terroristas. Los defensores de la ciudad fueron capaces de proteger sus hogares y salvar la vida de los ciudadanos. Desde entonces, viven rodeados por el enemigo.
"Nos ven [a los chiitas] como apóstatas del islam que deben morir. Si toman Al Fuah y Kafarya, ejecutarán a todos los vecinos porque no son sunitas", aseguró el hombre.
El mundo se olvidó de Al Fuah y Kafarya
A nivel internacional se concentra toda la atención en la situación humanitaria de Alepo, también rodeada. En el territorio controlado por los terroristas viven entre unos 200 y 300.000 civiles.
En Alepo, a pesar de toda la gravedad de la situación, en la parte este de la ciudad hay conexión a internet.
A su vez, las personas en Al Fuah y Kafarya están perdiendo toda esperanza.
"Nuestro pueblo tiene más de tres años rodeado y nadie se preocupa. No puedo entender por qué la ONU y Occidente no plantea la cuestión de la asistencia a nuestra ciudad, ¿acaso no nos considera seres humanos?", exclamó el representante de Al Fuah al corresponsal de RIA Nóvosti.
La esperanza se desvanece
Según la fuente, no hay medicamentos en estas ciudades.
"Ni siquiera hay cosas básicas, como por ejemplo medicina para el tratamiento de un rasguño. Debido a las infecciones, pequeñas heridas pueden causar la muerte de personas sanas", dijo el activista sirio.
"Comemos una vez al día, muchos niños no recuerdan lo que son las frutas y verduras, hay una grave escasez de agua potable", añadió el representante del Consejo Popular de las ciudades afectadas.
Los civiles tienen ahora una opción: morir lenta y dolorosamente o vivir para ver el día en que el bloqueo termine y llegue la ayuda. La esperanza de que la segunda situación ocurra es menor con cada día que pasa.