Las viudas que ha dejado la guerra
Según el Centro de Documentación de Siria, más de 74.000 mujeres han perdido a sus maridos, que fallecieron luchando contra los militantes. 50.000 de ellas son madres, pero el resto no tiene hijos que puedan ayudarlas en el futuro. No obstante, estas son las cifras oficiales y registradas —el número real de viudas sirias es mucho más elevado—.
"Trabajo para curar a mi hija del cáncer"
Alía, que está en el segundo año de Universidad, se vio obligada a abandonar su hogar, en la provincia de Damasco, para ganar dinero para el tratamiento de su hija, que padece leucemia.
"Mi marido era un oficial del Ejército sirio pero lo mataron en la provincia de Homs por lo que tuve que marcharme de casa y empezar a trabajar en el ámbito de la educación para poder tratar a mi hija", dijo Alía.
La guerra ha convertido a su marido en un minusválido
Um Mustafa, una mujer de avanzada edad, dice que la guerra no se cobró la vida de su marido pero lo dejó sin brazos ni piernas —un ataque terrorista lo convirtió en un discapacitado—.
"La pensión de mi marido no es suficiente para llegar a fin de mes. Por eso tengo que trabajar yo y ayudarle a mantener a nuestra familia", dice Um Mustafa, que trabaja como vendedora en un mercado local.

"Voy a estudiar por el bien de mis hijos"
Umayma tiene cuatro hijos y es analfabeta, por lo que le cuesta encontrar un trabajo mejor pagado para poder alimentar a su familia —por el momento, trabaja de niñera en casa de una familia de la capital siria—. La muerte de su marido en los combates por Alepo la obligó a tomar la firme decisión de ponerse a estudiar.
"Era muy joven cuando me casé, por eso no pude seguir con mis estudios. Debo aprender a leer y escribir para ser capaz de ayudar a mis hijos", explicó Umayma.