Rousseff comenzó su segundo mandato el 1 de enero de 2015, con un estancamiento de la economía y una investigación por corrupción, el llamado caso Lava Jato sobre masivos sobornos de la estatal petrolera Petrobras.
De Lava Jato a "las pedaladas"
A pesar que la justicia corroboró que no había nexo entre Rousseff y el Lava Jato, la solicitud de "impeachment" (juicio político) continuó con las cuentas públicas que presentó al final de su primer mandato.
En julio de 2015, Rousseff entregó al Tribunal de Cuentas de la Unión un documento de 900 páginas que explicaba con detalle el porqué de las supuestas "pedaladas fiscales" realizadas por su Gobierno en 2014 para demostrar que no se incumplía la Ley de Responsabilidad Fiscal.
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Pero en octubre del 2015, el Tribunal consideró que existían graves irregularidades al acumular una deuda con la banca pública.
Cuhna y el impeachment
Días después, el Gobierno solicitó al Tribunal Federal que rechazara el proceso alegando que la votación para la formación de la comisión parlamentaria había sido secreta y que la ofensiva de Cunha contra la presidenta evidenciaba una imparcialidad del legislador.
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Sin embargo, la misma semana, el juez del Tribunal Supremo Federal de Brasil (TSF), Luiz Fachin, falló que el proceso de impeachment se producía dentro del marco legal contemplado por la Constitución Federal de 1988.
Entrada de Lula en el Gobierno
La presidenta hizo cambios en su gabinete para lograr alianzas en el Congreso y eso incluyó la incorporación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) en el Ministerio de Casa Civil (Presidencia), pero no pudo asumir por estar en proceso de investigación judicial por el Lava Jato.
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Como respuesta a la decisión de los legisladores, el abogado general del Estado brasileño, José Eduardo Cardozo, dijo a la prensa que el informe "demuestra que no hay una base legal y por ello el proceso de impeachment no debería ser llamado así sino golpe, el golpe de abril de 2016", mientras solicitaba un recurso de nulidad al TSF.
El 15 de abril, el TSF rechazó el recurso interpuesto por la Abogacía General de la Unión, representada por Cardozo.
Enemigos íntimos
Antes de la votación se filtró en la prensa un video en el que el vicepresidente practicaba para su acto de asunción, simulando la destitución de Rousseff.
La mandataria tomó eso como una provocación hecha con la voluntad de Temer y lo llamó "golpista", y agregó que eso demostraba "la arrogancia y desprecio que siente Temer por el pueblo brasileño".
Intensos debates
La votación se caracterizó por un intenso enfrentamiento verbal entre partidarios y opositores de la mandataria, y por el hecho de que los legisladores invocaron un sinnúmero de motivos para justificar su voto, pero pocos hicieron referencia concreta a las acusaciones contra Dilma.
El momento más polémico fue cuando el diputado Jair Bolsonaro, de Río de Janeiro, dedicó su sí al impeachment al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, uno de los torturadores de Rousseff cuando ella, exguerrillera, estuvo presa durante la última dictadura militar brasileña (1964-1985).
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Tras la votación en Diputados, el Senado instaló una comisión para analizar el pedido de juicio político, y resolvió recomendar al pleno de la cámara admitir el proceso contra la mandataria.
Temer asume la presidencia
Tras intensos debates, el Senado aprobó este miércoles destituir a Rousseff por 61 votos contra 20 y cero abstenciones.