Este abogado de 75 años, líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centro), presidirá la mayor economía sudamericana durante 180 días si los senadores aprueban por mayoría simple el proceso contra Rousseff.
Y en caso de que la mandataria sea declarada culpable tras el juicio político, Temer continuará en la presidencia hasta 2018.
El líder del PMDB, considerado uno de los más grandes constitucionalistas de Brasil, ocupó importantes cargos en la gobernación del estado de São Paulo, y en 1986 se convirtió en diputado nacional, según reseña la página web del Gobierno brasileño.
Como presidente de la cámara baja, asumió la Presidencia interina de la República por unos días en 1998 y 1999.
Temer fue la principal figura del PMDB en la coalición con el gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) que llevó a Rousseff a la presidencia en 2010 y 2014, siendo su compañero de fórmula.
Pero el 29 de marzo decidió retirarse de esa alianza, aunque no abandonar el cargo de vicepresidente; de hecho, meses atrás había comenzado a barajar posibles nombres de sus ministros en caso de que Rousseff fuera destituida, poniendo fin a 13 años consecutivos de Gobierno del PT.
Temer, junto al ahora suspendido presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, fue uno de los principales impulsores del juicio político.
En un audio que se filtró el mes pasado, Temer daba por descontada la destitución de Rousseff e incluso adelantaba las medidas que tomaría como nuevo presidente.
En la grabación, el líder del PMDB señalaba que para Brasil era "necesario dar prestigio a la inversión privada" y afirmaba que el actual momento económico demandaba "sacrificios".
Sin embargo, sobre Temer también pesa una solicitud de juicio político, pedida por el diputado Ciro Gomes, exmiembro del PMDB y hoy integrante del Partido Democrático Laborista.
Gomes, ministro de Integración Nacional del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), acusa a Temer de estar vinculado a los escándalos de corrupción en torno a la empresa estatal Petrobras.
Además, Temer despierta escasos entusiasmos entre los votantes. Una encuesta de intención de voto realizada el mes pasado por la consultora Ibope le adjudicaba apenas ocho por ciento de las preferencias.